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Paz y Ciencia

lunes, 16 de julio de 2012

Fantasmas en los Antepasados


Quien pretenda una frecuente y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios. Confucio.

Pirandello lo dijo de manera bastante diferente en el título de su obra: Seis personajes en busca de autor. Pero ¿por qué detenerse ahí? ¿Por qué no debería ser algo aún más pequeño, más fragmentado que eso? Es un pensamiento deambulando por ahí en busca de algún pensador en el que alojarse. W.R. BION


FANTASMAS EN LOS PASADOS

El proceso terapéutico anima esta manera de elaborar el dolor. El psicoanalista Hans Loewald escribió sobre la transformación en antepasados de los fantasmas que persiguen a los pacientes, gracias a que podían saborear lo que él denominó la "sangre del reconocimiento" en la relación con el terapeuta. Él afirmó que los fantasmas deben ser sacados del inconsciente, re-despertados en la intensidad de la relación terapéutica, y después se les debe poner a descansar, relegándolos a la historia para permitir más flexibilidad e intensidad en las relaciones actuales de la persona. En una línea similar el psicoanalista británico Michael Balint, en sus comentarios sobre la falta básica, habló de ayudar al paciente a cambiar "el resentimiento violento por un lamento", permitiéndole reconcilarse con sus cicatrices psíquicas. En estas analogías muy citadas está implícito el reconocimiento de que en realidad las emociones difíciles generadas por las deficiencias originales no se van; pueden dejarse en un altar de la estantería encima de la puerta, como en una casa confunciana, pero se les debe tener un gran respeto.
Una vez que se identifica la cicatriz, una vez que se reconoce la falta, una vez que el enfado se transforma en pena, cabe la oportunidad de usar la meditación de otra forma. Precisamente como las cicatrices no desaparecen, la persona tiene la oportunidad de concentrarse en el defecto en torno al cual se ha configurado buena parte del sentimiento de un "yo que existe sustancialmente". Los occidentales que están sujetos a la falta básica no pueden empezar a explorar la "ausencia de un yo permanente" del budismo sin examinar antes su identificación con el dolor emocional. Este es un proceso que raras veces incluye solo la meditación o solo la terapia, pues requiere de toda la ayuda que se puede conseguir. No obstante, cuando se despeja el "violento resentimiento" que tanto nubla la mente observante, puede empezar el proceso de reelaboración.
Cuando Freud imaginó cómo hacer de la relación terapéutica un vehículo para reelaborar estas emociones repetitivas, dijo algunas cosas interesantes. En primer lugar que hay que dar a las emociones el derecho de afirmarse a sí mismas "en un campo definido", mantenía. Entonces la relación debe convertirse en un "terreno de juego" en el que pueda revelarse "todo lo que está escondido". Lo que ocurre en terapia debe ser como una "región intermedia" entre la enfermedad y la vida real, una especie de zona crepuscular del alma.
Si bien muchos considerarán que estas reflexiones de Freud son excesivamente idealistas, su principal omisión consiste en no haber enseñado a sus segiudores a crear el tipo de entorno que él imaginaba. La meditación es indispensable para demostrar tanto al terapeuta como al paciente cómo mantener la "región intermedia" de Freud y cómo dejar que una emoción o acción "se afirme a sí misma en un campo definido". El vehículo de Buda, la atención desnuda, es un medio que permite construir el terreno de juego del hablaba Freud.



Mark Epstein: "Pensamientos sin Pensador. Pscoterapia desde una perspectiva Budista". Ed. Gaia, Barcelona, 2011. Pp.:224-225






http://youtu.be/s_O9CDOQ1Bk Pedro Guerra -Golosinas- "Todos tenemos algo escondido, y yo como todos tengo lo mío.. Amory golosinas, sueños... y Gerard de Pardié diciendo versos"
http://youtu.be/T4WI911BlAg Mari de Chambao con Bebe -Olvidarme de ti- "Porque no hay quien se olvide de ti"
http://youtu.be/BJw4u6JdkDA

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