El termino motivación engloba el conjunto de factores que determinan el comportamiento: necesidades, impulsos, emociones. En tanto son de orden intelectual y surgen de la conciencia, dichos factores toman el nombre de motivos. En tanto pertenecen al orden sensible, se los designa móviles. Estos términos diferentes tienen en común la idea de un movimiento. Por tal razón se los encuentra en el psicoanálisis, en el estudio del dinamismo de la vida psíquica. Asimismo, a menudo se los considera como una vieja herencia de la psicología tradicional y dan lugar a nociones específicas del psicoanálisis como deseo y pulsión.
El único concepto psicoanalítico que hace intervenir el término motivación es el de "motivación múltiple", empleado por Freud en "Cinco lecciones de psicoanálisis" (1904). Mientras que anteriormente cada fenómeno psicológico se relacionaba con una sola causa, en ese estudio Freud plantea la existencia de un conjunto de elementos tomado de las relaciones de fuerzas. La motivación múltiple es el conjunto de dichos elementos, cuya naturaleza debe precisar el psicoanálisis. Este concepto sirve menos para describir el funcionamiento del psiquismo que para criticar el determinismo simplista de los psicólogos tradicionales.
Por otra parte, el concepto de "motivación múltiple" remite a la idea de una interferencia entre las motivaciones conscientes y las inconscientes. La mayor parte de los actos psíquicos no pueden explicarse más que remitiéndolos a factores que escapan a la conciencia y que no son reducibles a procesos fisiológicos o químicos. Por tanto, las motivaciones no sólo son diversas sino que están jerarquizadas. Al igual que el contenido manifiesto de un sueño no adquiere sentido más que en relación con un contenido latente, podemos distinguir las moivaciones manifiestas y las motivaciones latentes.
Jacques Lacan distingue tres categorías de motivaciones: la necesidad, que nace de una tensión interna del organismo y se satisface con un objeto específico: el deseo, ligado al recuerdo de satisfacciones anteriores y que se cumple mediante el fantasma, la alucinación o el sueño; y por último la demanda, que pone relación a dos individuos, más para obtener afecto que para logro de una satisfacción concreta. Las pulsiones, en tanto que tales, deben ser clasificadas aparte, pues no son motivaciones propiamente dichas sino el sustrato sobre el que aparecen las motivaciones. Operan un empuje sin finalidad precisa y crean tensiones. Solo aparecen después que la necesidad, el deseo y la demanda orientan el comportamiento del individuo.
Las motivaciones plantean un problema importante: ¿Pueden ser objeto de conocimiento científico? El psiquiatra americano Jacob Moreno considera que es posible evaluar cuantitativamente las relaciones interindividuales y medir la naturaleza e intensidad de las motivaciones de los miembros de un grupo. Este concepto encuentra su aplicación en los estudios de mercado. Pero esta ciencia de las motivaciones que sería la sociometría no cubre el conjunto de fenómenos psíquicos, ya que no tiene en cuenta las motivaciones inconscientes. Como demuestra el psicoanálisis, las motivaciones solo pueden ser objeto de interpretación, ya que a quien debe comprenderlas le resulta imposible hablar desde una posición de neutralidad.
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