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Paz y Ciencia

jueves, 15 de marzo de 2012

Adolescencia

"la adolescencia no está en Freud" se decía en Buenos Aires en los 90. Con razón. Fueron otras autores, como su hija: Anna Freud, Melanie Klein y Winnicott, por citar unos pocos ejemplos quienes acercaron la disciplina del psicoanálisis a los adolescentes.
No obstante esto que se llama "analizabilidad" también se puede aplicar a los adolescentes. Y por eso mismo escribo estas líneas. La encrucijada en la que se encuentran estas personas y algunas biografías que traen los sujetos a consulta hacen muy complicada y desdichada su existencia. El psicoanálisis como método de escucha y encuadre está correcto pero con según que adolescentes, y me refiero a aquellos más rebeldes, menos colaboradores, más desconfiados y "resistentes" hay que trabajar de una manera más flexible. A veces procede ser directivo, porque las circunstancias lo requieren o porque sencillamente hay que cambiar la conducta de esa persona, ayudarle a pensar y estimlarle a que reflexione. El silencio es ese "horror vacui", que un adolescente herido no puede soportar (como muchos adultos). Tras crear un clima de confianzam, respeto y afecto hay que empezar a crear también un espacio donde existan los límites, las normas y se invite a la colaboración. Si el método psicoanálitico no sirve es por algo, por la singularidad del adolescente.

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