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Paz y Ciencia

viernes, 16 de marzo de 2012

Cambiar la manera de afrontar la vida

Quienes se olividan de sus teorías del bien y del mal y se concentran en conocer los hechos tienen más probabilidades de encontrar el bien que aquellos que ven el mundo a través de la lente deformada de sus prejuicios. Bertrand Russell. Análsisis de la Mente, 1921

Nada es demasiado maravilloso para ser verdad. Michael Faraday. Historia de una vela, 1861.

Ayer una paciente muy inteligente me planteaba cómo cambiar su forma de cambiar su manera de pensarse. Golpeada por los avatares de la vida y con un importante bullying en sus años de infancia que se extendieron hasta la adolescencia, ha desarrollado una autoimagen pobre y "desaliñada". Un autoconcepto rico en adjetivos negativos y una autoestima que intenta apuntalar con verbalizaciones positivas, pero aparece el llanto...
Esta estructura melancoloide, retraída y tímida se forjó en esos años de humillación, problamente existiera un factor constitucional que agravara el cuadro. Dicho de otra manera el fenotipo se vio exacerbado por un ambiente insostenible e intolerable para cualquier niña. Su dificultad para expresar sus sentimientos y pensamientos, probablemente le hizo más costoso, además de la dificultad de los padres para manejar la situación, el afrontar la situación.
Ahora queda mirar hacia delante. Tratar de cambiar la manera de afrontar las situaciones vitales estresantes, cambiar el autoconcepto, moldearlo, matizarlo, conocerse a sí misma. Verse lejos de ese espejo deformado que le devuelven los recuerdos del pasado.
Es una mujer que ha mejrorado mucho en este tiempo, de hecho hace más actividades laborales, académicas, lúdicas, deportivas y de ocio que una persona normal, así que en términos conductuales está realizando esfuerzos encomiables.
Gran lectora, gusta de reflexionar y apoyarse en textos, para ilustrarse y para disolver la angustia. Le cuesta conectar los afectos con los pensamientos, algo común en estructuras obsesivas. Le produce malestar trabajar en ese tipo de ámbitos y le cuesta trababajar en psicoterapia si no es en el formato de pregunta-respuesta. Muy poco a poco se abre, coge confianza y desliza sus problemas. Pero entrar en el núcleo de sus sentimientos y su identidad es un fortín inexpugnable que está muy protegido. Probablemente por su biografía, y lo que ella asume como desconfianza, timidez y retraimiento. Hay que luchar con esta mujer para invitarla a valorar lo que ha construido, ha observar los logros y a cambiar los métodos de afrontamiento, así como un cambio de actitud ante la vida. Pasemos de Kierkegaard a Unamuno.

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