Espíritus Rebeldes
Terminado hacia 1903, fue prohibido y quemado en la plaza pública de Beirut, por disposición no solo del Gobierno Otomano, sino también de la Iglesia Católica Maronita, por considerarlo libro "peligroso, revolucionario y venenoso para la juventud". Fue entonces cuando, hallándose lejos de su patria, fue desterrado por las autoridades oficiales y excomulgado por su iglesia, aunque con el tiempo logró ser perdonado.
Espíritus Rebeldes consta de dos cuentos en forma de parábola (procedimiento usual en el mundo del Cercano Oriente). El primero, Khalil el Hereje, expone la presencia personificada del mal e induce a los mortales a romper sus cadenas como libres hijos de Dios. El segundo, El llanto de los sepulcros, nos narra la opresión del débil por el fuerte, la desaparición de la libertad de un pueblo en manos de una autoridad tiránica y la condenación de hombres y mujeres inocentes por parte de jueces corruptos.
El loco
Primera versión aparecida en inglés en 1918. El escritor hace hablar a un loco al estilo del Zaratustra de Nietzsche. Gracias a ellos experimenta la revelación de descubrir que hay entre hombre, Dios y mundo una unidad indivisible. Ensalza la fuerza y rechaza todo tipo de cobardía y rendición. La obra es el primer paso hacia la abnebgación divina.
El Profeta
Considerada como su obra maestra, fue redactándola durante muchos años. Los expertos hablan de una primera versión en árabe que habría comenzado en la época de sus estudios en Beirut (1896-1903). Abandonó este original y los cinco años siguientes dieron paso a una nueva versión en árabe. Barbara Young, autora de una biografía de Gibrán, cuenta que éste la leyó a su madre, quien le replicó: "Es muy hermoso, hijo mío, pero no es todavía tiempo para publicarlo". Entre 1917 y 1922 intento rehacer aquellos borradores en árabe. Finalmente se decide por el inglés para componer el texto definitivo, que apareció en 1923.
El Profeta debía formar parte de una trilogía compuesta por El Jardín del Profeta que se publicaría póstumamente en 1933, a cargo de Barbara Young. En el percibimos de forma conmovedora su amor por la gota de rocío, la nieve, la piedra del sendero, los ensoñadores bosquecillos y los viñedos. Todo él es como una profunda profesión de fe acerca de lo que espera al ser humano después de la muerte.
En El Profeta, a través de Almustafá, que actúa como portavoz, el autor expone sus teorías sober las relaciones del hombre: amor, matrimonio, dinero, etc. Gibrán propone como objetivo final la búsqueda de Dios, a quien encuentra en la búsqueda de Dios a nosotros mismos. Existen trabajos en psicología y psiquiatría sobre este autor.
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