"Aflorismos. Pensamientos Póstumos"
pp. 120-121
Solo puede ser práctico quien no piensa en la muerte.
Hay muchos que se consideran envidiados. ¡Ya quisieran!
Dos clases de errores: de hechos (se rectifica y basta); de vida (mal asunto).
Nada hay contra el éxito, salvo que el exitoso se deje devorar por él.
Solo la ruina es novelable.
Vivir es evitar la desgracia o escapar de ella. En esos momentos, hasta se puede ser feliz.
No hay que vivir con miedo. Pero eso no quiere decir que haya que hacerse valiente.
Ser dueño del propio pensamiento.
Una cosa es lo que uno olvida; otra, lo que no quiere evocar, y otra lo que no quiere decir: tres huecos de distinta índole en la vida de todos.
La memoria de uno es la de uno con la de su circunstancia. Por eso, recordar es recordarse, hacer la historia de la que con uno fue.
Debemos saber cómo temernos a nosotros mismos. De los otros, curiosamente, a este respecto, sabemos más.
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