Investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) han demostrado que las personas que trabajan en profesiones que exigen más creatividad son también las que con más frecuencia reciben tratamientos de salud mental. El estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, afirma que existe una conexión especialmente evidente entre ser escritor y padecer esquizofrenia. Además, los bailarines, los fotógrafos y también los investigadores científicos son más propensos a padecer trastorno bipolar, una enfermedad mental grave que se caracteriza por cambios drásticos en el estado de ánimo, pasando cíclicamente de momentos de euforia a estados depresivos. A esto se suma que, en general, las personas con trabajos que exigen dosis extra de creatividad son más propensas a sufrir ansiedad y depresión. Y que entre los genios, ya sea de la rama artística o científica, se cometen un 50% más de suicidios que en la población general.
Hace poco, y no es la primera ni la segunda vez, me interpelaban para decir que los escritores tienen fama de estar "locos", como suelo decir "bendita locura" o "locura creativa". Estoy pensando, por ejemplo, en Alejandro Jodorowsky, personalmente, me parece un genio. En cierto modo, y quizá la asociación es laxa, por su arte polivalente, se parece un poquito al gran Dalí, lo de "gran", en verdad es algo que se otorgó el mismo, sabiéndose vender de una manera muy inteligente durante el régimen franquista, si nos ponemos a sacar punta podemos decir que, tal vez, fue un hipócrita.
Sea como fuere vivió, y muy bien, de su trabajo, ha dejado un legado de inmenso valor y enseñó un nuevo camino en el arte, hizo una película con mi paisano aragonés Luis Buñuel, caricaturizado como pueblerino por Woody Allen en Midnight in Paris. Me estremezco con la belleza, me conmueve ver otras realidades. Ese mismo "alguien" me habló de UNA realidad, con rapidez salí al paso diciendo algo obvio: "Cada cual tiene su propia realidad". Bien es cierto que existe una realidad externa o realidad compartida. Sin embargo, con dulzura, cariño y mucho cuidado podemos ir transitando del mundo interno al externo.
Pasen buen día.
Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo, Zaragoza (España).
@PSICOLETRA
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