Alejandro Jodorowsky y Santiago Segura

"Me gusta colaborar y no compartir... Me gusta todo aquello que provoca la crisis... Me gusta todo aquello que tiene como objeto expandir mi conciencia" Alejandro Jodorowsky es un hombre que se escape entre las manos, un poeta del alma, casi parecido a un "mago". No sé si bien un "mago del espectáculo" o un "mago" sin más. Es un hombre-espectáculo. Escritor, filósofo, cineasta, dibujante de cómics, promotor del movimiento "Pánico", que tiene que ver con el surrealismo. Conjuga el chamanismo con técnicas terapéuticas. Es imposible definirle, en realidad a nadie se le puede definir. En la entrevista da buena cuenta de algo que me parece fascinante. El arte ha servido y sirve para la mayoría de los autores, para sanar(se). Ahora, Jodorowsky, ofrece el arte para sanar al otro. Criticado por ortodoxos, criticado por envidiosos, tachado de "loco". Y, sí, afortunadamente para todos está loco, afortunadamente, para todos ha abandonado (dice) su ego e invita a la insurrección. Una pregunta clave: - ¿Qué necesita uno para ser un psicomago? - Ser un artista Nada es bueno ni malo en sí mismo, todo depende de cómo se gestione, cómo se entiende, la amplitud de perspectivas... Es un hombre que parte del teatro y de allí se llega a la psicomagia. No es un tipo de psicoterapia, ni de lejos, sin embargo, tiene un grandísimo valor para entender una faceta que casi nunca se transmite en el ámbito de la salud mental.