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Paz y Ciencia

jueves, 4 de febrero de 2010

Cuanto más veo a la gente más quiero a mi gato


Se trata de una conversación con una mujer de 40 años residente en España, de origen chileno. Esta es una transcripción de lo que ella decía. Un médico le diagnosticó hace 5 años trastorno borderline, frecuenta la página www.soyborderline.com. Esto es un fragmento de su historia:

Falta conocimiento interno. Lo que se quiere y lo que no se quiere. La vida es muy superficial, sólo se busca el aquí y el ahora, tienes que cumplir unos cánones, unos patrones. Elegirlos en un momento en el que no se está preparado.A mi me extraña lo que hace la gente, la sociedad influye mucho. En un viaje a Roma vi cómo iban buscando relaciones. Yo quería estar sola y mirar para dentro. Ver la gente así, buscando desesperada...no sé qué busca... ahora soy así, ahora soy asá. Sigo sin entenderlo, de hecho se van a juntar otra vez todos. La verdad es que no entiendo. Cuanto más veo a la gente más quiero a mi gato. Intento ser práctica y ya está. Cuando empiezo a divagar se me va la cabeza, esto lo he tenido desde cría, el no entender, porqué funciona así la gente. Por qué tiene comportamientos extraños, por qué se quieren comprometer si en el fondo buscan compañía. Hablas con la gente y tienen miedos, no son claros, no son sinceros, me quedo perdida. Eso me desconcierta muchísimo. Siempre ha sido así, me decían una cosa y hacían otra.
Hice dos carreras de tíos (ingeniería informática y física), la física me abrió mucho la cabeza de otra manera porque parece que no pero se filosofa bastante, de dónde eres, de dónde vienes, lo que somos. Yo recuerdo que tenía que buscar galaxias interactuantes por unas teorías que tienen que ver con la expansión de la galaxia. Yo recuerdo que me enseñó una galaxia muy atípica, la galaxia del sombrero, cuando la vi me dio una congoja que estuve tres días sin comer ni dormir. Somos un grano de arena, me pegué una rayada por ahí... Yo pensaba, la gente se preocupa si le quieren o no, si está gorda o no, y no somos nada. El tiempo, no la época es nada comparado con lo que lleva esa galaxia, me da por ahí las rayadas, se filosofa bastante. Mi madre decía que yo no iba a poder estudiar esas cosas, que no me crea tanto el cuento,que por qué me metía en esas cosas que no servían para nada. Lo que pasa es que tuve un profesor el primer año que me dio mucho ánimo. Entré porque realmente me gustaba. El profesor si que me dijo: la inteligencia es muy importante porque ayuda, pero independientemente de la inteligencia tienes mucha capacidad de abstracción y de observación, todo el mundo no tiene esas cualidades. De hecho ellos no me pagaban los estudios, trabajaba y estudiaba. Me fui a la capital y allí empecé a trabajar en astrofísica. Allí no existe la diferencia entre tío y tía, de allí me viene lo poco femenina y lo camionera que soy, te acostumbras a estar con tanto tío y a oír historias que tienen que ver tan poco con lo mundano. Eran conversaciones curiosas. Después de descubrir el gato decidí no irme a un observatorio, eso significaba un encierro en una cordillera, allí pensé mi vida sólo es esto o mi vida es algo más. Mi vida gira también a otras cosas, yo quiero salir, quiero juerga. Me decían no te vas a casar, no vas a tener hijos. Entonces dejé todo aquello para hacer lo que se supone que se debe hacer. Creo que la vida da muchas vueltas, de todo esto he aprendido, peor o mejor he tomado decisiones, no me pone triste hablar de nada de esto, tengo asumido que mi vida ha sido así. Ha ido dando tumbos y dará unos tumbos más pero si no mi vida sería aburrida y yo no quiero una vida aburrida, estoy acostumbrada. La gente no sabe estar sola y cuando digo sola, me refiero consigo misma, que no dependa de los demás.

2 comentarios:

Elpeorbicho dijo...

Mientras leia este fragmento, es inútil no sentirse identificada con esta mujer, en muchos puntos es acertada; el estado natural del humano es la soledad... y como de decía Cortazar: ¨En todo acto hay una admisión de carencia (...) creer que la acción puede colmar, o que la suma de las acciones puede realmente equivaler a una vida digna de este nombre, es una ilusión de moralistas. vale mas renunciar, porque la renuncia a la acción es la protesta misma y no su mascara.

gabriela dijo...

hola quisiera conocerte o si alguin me pueda dar contacto con la mujer ... quisiera conversar con ella para intercambiar ideas a un debate abierto... me encanta la gente sincera o/y que admite la verdad