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Paz y Ciencia

domingo, 14 de febrero de 2010

¿Somos libres?

Séneca distingue en la filosofía la parte que se refiere al ser humano, lo que se relaciona al quehacer en la tierra y, finalmente, lo que se refiere a los dioses. La razón humana es de igual naturaleza que la divina. La razón nos descubre como punto insignificante en el universo. La razón revela la fuerza y presencia de la naturaleza y nos muestra la insignificancia. Este conocimiento de la Naturaleza es, pues, de ayuda para el conocimiento de sí, nos ayuda a afinar nuestra mirada. La virtud es contemplación del todo. No hay repliegue del alma con respecto al mundo, sino saber ver en el presente las cosas del mundo. No perder de vista el mundo en el que estamos.

Séneca plantea la cuestión acerca de cuándo y bajo qué condiciones debe uno alejarse de la política para dedicarse al cuidado de sí mismo. Séneca le insiste a Lucilio que deje la política y se ocupe de sí. Epicteto, Séneca, Marco Aurelio insisten en que el cuidado de sí mismo debe realizarse a lo largo de toda la vida y que cuanto más temprano uno comience mucho mejor. Séneca recomienda que el individuo anote todos sus actos, lleve una escritura acerca de sí mismo. Séneca y Marco Aurelio escriben cartas para ayudar a sus discípulos. Se crea así una literatura acerca del yo.


Consideremos el importante texto de Epicteto que dice:

"I. 1. De todas las cosas que existen, unas dependen de nosotros y otras no. Las que dependen de nosotros son la opinión, el impulso, la inclinación y la aversión, en una palabra, todos nuestros actos. Las cosas que no dependen de nosotros son el cuerpo, los bienes, la reputación, las dignidades, en una palabra, todo aquello que no entra en el número de nuestros actos.

2. Las cosas que dependen de nosotros son libres por su naturaleza, nadie puede impedirlas y nada puede estorbarlas; las que no dependen de nosotros son impotentes, serviles, nos embarazan y son completamente extrañas a nosotros.

3. No olvides, por lo tanto, que si las cosas que nos esclavizan por su naturaleza las consideras libres y tienes por propias las que son extrañas a nosotros, habrás de sentirte maniatado, dirigirás reproches a los dioses y a los hombres. En cambio, si consideras es tuyo sólo aquello que te pertenece y extraño a ti lo que no te pertenece, no recriminarás ni culparás a nadie, no harás ni una sola cosa contra tu propia voluntad, nadie podrá perjudicarte, no tendrás enemigos, pues no estarás en condiciones de recibir daño ninguno.

5. Ejercítate, por consiguiente, en replicar abiertamente a toda representación desagradable: "eres una representación, y no enteramente lo que pareces". Después examínala y sométela a las reglas que conoces y sobre todo a ésta: si pertenece al grupo de cosas que dependen de tí o al de las que no dependen de tí- Y si es de las que no dependen, ten prontas estas palabras: "Nada tienes que ver conmigo".

(Epicteto, Enquiridion, I, 1-5)


No son las cosas las que nos esclavizan, sino las falsas representaciones que nos hacemos de las cosas. Por eso, debemos poder distinguir con claridad hasta dónde llega nuestra libertad y cuáles son sus límites. No hacemos más que obstaculizar nuestra felicidad el que confundamos lo que depende de nosotros con lo que no depende de nosotros.

LOS estoicos también utilizaban como técnica del cuidado de sí la interpretación de los sueños. Eran bastante críticos y escépticos con respecto a la interpretación. Pero la interpretación de los sueños era muy popular. Es necesario enseñar a la gente a interpretar sus propios sueños. Cada uno puede ser su intérprete. El libro más famoso que nos queda de esta época es el de Artemidoro: La interpretación de los sueños. Algunas personas interpretaban los sueños como como un mensaje de los dioses para el cuidado de la salud y la curación de enfermedades. (Cfr. Aelio Aristide).


A mi modo de ver el mensaje de Foucault es que cada uno puede adoptar su propio estilo de vida, es decir, su propia técnica de subjetivación, y que para ello no hay recetas. Por eso él se limita a dar ejemplos históricos, y podía haber dado muchos otros, y así planeaba hacerlo, pero de esos ejemplos históricos no se deriva una normmativa actual, ni una ejemplaridad fuera de contexto. Esto es coherente con su filosofía de toda la vida que evita toda normatividad. Las ideas éticas de Foucault no constituyen una normatividad, a lo más un llamado, una invitación a que usemos de nuestra libertad para dar un estilo a nuestra propia vida.http://www.uprh.edu/humanidades/libromania/foucault/


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