La filosofía pertenece al ámbito de la experiencia antes que al conocimiento o el saber. Se trata sin duda de una empresa racional, pero que, a diferencia de la racionalidad científica, nunca rompe con lo vivido. La filosofía tiene su origen en la experiencia de la vida y busca reflexionar sobre ella. La consciencia, relacionada primero con el mundo, vive en la ilusión de la inmediatez, pero dicha ilusión está destinada a deshacerse, ya que la inmediatez no existe en nosotros. No existe, en primer lugar, una experiencia pura que podamos comprender después aplicando esquemas lingüísticos y categorías del pensamiento. En un lenguaje determinado, la experiencia está siempre dada. Nuestro mundo y nuestro lenguaje son el uno parte del otro.
No solamente el mundo es mundo únicamente en la medida en que es expresado en el lenguaje, sino que la lengua no posee verdadera existencia más que por el nacimiento del mundo en ella. Gadamer
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