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Paz y Ciencia

sábado, 19 de enero de 2013

Eckhart Tolle

[...] Comprendí que la intensa presión del sufrimiento de aquella noche debía de haber obligado a mi conciencia a retirarse de su identificación con mi yo desgraciado y tremendamente temeroso, que en último término es una ficción mental. Dicha retirada debió de ser tan completa que mi falso yo sufriente se derrumbó inmediatamente, como si se hubiera quitado el tapón a un muñeco hinchable. Lo que quedó era mi verdadera naturaleza, el Yo Soy siempre presente: conciencia en estado puro, anterior a su identificación con la forma. Más adelante aprendí a entrar en ese reino interno en el que no existen el tiempo ni la muerte, que originalmente había percibido como un vacío, manteniéndome plenamente consciente. Viví estados sagrados de una dicha y una exaltación tan indescriptibles que hasta la primera experiencia que he descrito palidecía en comparación. Llegó un momento en el que, durante algún tiempo, me quedé sin nada en el plano físico. No tenía relaciones, ni trabajo, ni hogar, ni una identidad social definida. Pasé casi dos años sentado en los bancos de los parques en un estado de intensa alegría.
Eckhart Tolle: "El Poder del Ahora"

Proceso a través del cual, Eckhart Tolle tuvo una experiencia que transformó su consciencia. Lo describe con poder y veracidad.
Es cierto que las personas que atraviesan momentos delicados de salud o de peligro para su vida, desarrollan una cosmovisión compleja y muy distinta de lo corriente.
Por ejemplo, las experiencias cercanas a la muerte suponen que el alma se aleja del cuerpo, lo que muchos consideran expresión de divinidad y de la inexistencia de la muerte.
Otro caso, es el de personas que atraviesan episodios psicóticos, estas personas comprenden la mente de un modo peculiar y, a menudo, realizan una conversión e intensificación de sus creencias religiosas.
Rodrigo Córdoba Sanz

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