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Paz y Ciencia

jueves, 17 de enero de 2013

Diagnóstico diferencial para el trastorno bipolar

 
 
"El hombre se autorealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida."
Victor Frankl

“Pensar no constituye un proceso mental aislado; es una cuestión relativa al modo en que se emplea la inmensa cantidad de objetos observados y sugeridos; al modo en que coinciden y en que el maestro los hace coincidir, el modo en que se los manipula…”
John Dewey, Cómo Pensamos

"El rechazo a uno mismo
es una distorsión del darse cuenta
porque, es una negación de quien uno es".
(Gary Yontef)


"El que partió hacia nuevos horizontes,
ya o será el mismo que regresa, y
el que regresa, no estará en el mismo punto,
que en su momento de partida".
(Ángeles Martín).

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El trastorno bipolar actualmente no puede ser identificado a través de un análisis de sangre o una exploración del cerebro, pero estas pruebas pueden ayudar a descartar otros factores que contribuyen a la enfermedad, como una aplopejía o un tumor cerebral. Si los problemas no son causados por otras enfermedades, el médico puede realizar una evaluación de la salud mental mediante un profesional especializado con experiencia en el diagnóstico y el tratamiento del trastorno bipolar.
Una historia médica cuidadosa es necesaria para asegurar que el trastorno bipolar no sea diagnosticado erróneamente como depresión mayor, que también se conoce como depresión unipolar. A diferencia de las personas con trastorno bipolar, las personas que tienen depresión unipolar no experimentan una manía.
El trastorno bipolar es una enfermedad difícil de diagnosticar, y se estima que se necesite un promedio de cinco años desde el inicio de los síntomas hasta llegar al diagnóstico correcto. Hasta entonces, los tratamientos están dirigidos a los episodios depresivos y las psicosis maníacas.

Para el diagnóstico se establecen las siguientes referencias:
- Las del propio paciente.
- Miembros familiares.
- Amigos.
- Compañeros de trabajo.
- Psiquiatra
- Psicólogo
- Enfermero
- Terapeuta Cognitivo

La característica principal es que sea "cíclica", con etapas normales seguidas de periodos, episodios o etapas maníacas o depresivas, por separado o alternándose. Las crisis, que son definidas como "depresión" por el paciente, son intensas y con pérdida de interés por la vida.
Nos encontramos con un trastorno mental caracterizado por cambios de humor extremos, lo que lleva a ciertas dificultades en el diagnóstico, pues los síntomas son similares a los de otras muchas enfermedades. Esto se complica aún más por el hecho de que no existe una prueba médica definitiva. Por lo tanto, antes del diagnóstico otros problemas de salud mediante la analítica adecuada.
Un síntoma que acompaña al TB es la manía, referido a una patología que implica tratamiento. Inicialmente fue descrita como una gran angustia mental, acompañada por una mente excesivamente tensa y cierta melancolía, a lo que se suma la depresión, y con frecuencia psicosis, lo que daría lugar al término maníaco-depresivo. Todo ello manifestado durante un largo periodo de tiempo. Los pacientes afectados por esta enfermedad disponían de intervalos libres de síntomas en los que podían sentirse bien. Así que inicialmente se denominó "enfermedad maníaco-depresiva" y posteriormente "trastorno bipolar", aunque muchos especialistas siguen utilizando el anterior nombre ya que define con mayor precisión una enfermedad multidimensional que continuamente cambia.
A nivel vulgar, se denomina manía a lo que realmente es un estado maníaco, una obsesión por algo (por la limpieza o el orden, por ejemplo), y que define también términos como piromanía, cleptomanía y otros trastornos mentales que derivan más bien de trastornos obsesivos.
Hay alteraciones físicas que tienen manifestaciones emocionales de manía similares al trastorno bipolar y que detallamos a continuación.
- SIDA: El síndrome de inmunodeficiencia adquirida probablemente esté causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y dado que este virus ataca y debilita el sistema inmunológico de un paciente, entre ellos la alteración de la capacidad mental, así como la depresión y, a menudo, las tendencias suicidas.
- Traumatismos: Como con cualquier trastorno o enfermedad que afecta directamente al sistema nervioso central, un tumor o un traumatismo de cabeza pueden poner en peligro la estabilidad emocional.
- Diabetes: Los niveles altos y bajos de azúcar en la sangre pueden causar irritabilidad y fatiga extrema, síntomas que se obervan en los episodios depresivos.
- Epilepsia: La epilepsia es un trastorno del cerebro causado por descargas repentinas de impulsos eléctricos en las células del cerebro. Este trastorno afecta a sus funciones normales y produce cambios en el movimiento de una persona, el comportamiento o la conciencia.
- Lupus: El lupus es un trastorno autoinmune en el que el organismo crea anticuerpos contra sus propios tejidos. Cuando la enfermedad avanza puede afectar a todo el cuerpo, incluyendo el cerebro y el sistema nervioso central.
- Enfermedad de Lyme: Se trata de una infección bacteriana grave causada por una picadura de garrapata. En las últimas etapas pueden darse manifestaciones neurológicas que ocasionan síntomas como depresión, demencia, psicosis y trastorno bipolar.
- Esclerosis múltiple: Se trata de una enfermedad que daña la materia blanca del cerebro y la vaina de mielina que recubren los nervios. Puesto que el sistema nervioso central controla gran parte del funcionamiento del cuerpo, esta enfermedad ocasiona una gran variedad de síntomas, entre ellos, cambios frecuentes en el estado emocional, y en ocasiones trastorno bipolar.
- Trastornos de la tiroides: La tiroides es una glándula endocrina que produce la hormona tiroxina, entre otras, la cual controla los procesos que permiten que el cuerpo transforme los alimentos en energía y reconstruya las células. Si la tiroides produce demasiada hormona (hipertiroidismo), el nerviosismo es un síntoma habitual. El hipotiroidismo (poca hormona) hace que la fatiga sea intensa, lo mismo que la confusión mental.
- Neurosífilis: Esta es una forma de sífilis no tratada que ha dañado el cerebro. Puede causar demencia y otros trastornos psiquiátricos.
- Desequilibrio de sodio: Un desequilibrio de sal en el cuerpo, sea por déficit o por exceso, ocasiona irritabilidad, confusión y depresión, entre otros síntomas.

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