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Paz y Ciencia

viernes, 11 de enero de 2013

Psicoterapia y Amor


Puede sonar extraño, sin embargo no hay otra manera de estar en el mundo, no existe otro modo de SER psicoterapeuta. El psicoterapeuta es una persona que siente, tiene emociones, tiene inclinaciones de todo tipo, preferencias, gustos y esto le hace humano. Tal y como decía Winnicott sobre la madre devota corriente que "sufre" esa enfermedad "esquizoide" que genera una unión entre el bebé y la madre. Esa madre quiere a su hijo. El terapeuta quiere a todas y cada una de las personas que acuden a la consulta porque, a mi parecer, la naturaleza humana, debajo de artificios y muchas máscaras, esconde un potencial de creatividad y belleza unitiva que queda, de vez en cuando reflejada en obras de arte, pictóricas, cine, música y todo lo que desde los sentidos conmueve y eriza el cabello.

El psicoterapeuta, como humano, puede cometer un error, y varios, la confianza hay que "trabajarla" con amor. Esto no debería ser un esfuerzo y un sacrificio, todo lo contrario, es un acto que hace al ser humano humano. Hace más de una década se publicó "El Gen Egoísta", ha catapultado a su autor defendiendo algo que desde según que óptica parece apropiado, el hecho de que estamos en un constante combate porque nuestra especie, nuestros genes en concreto, se propaguen hasta el infinito.
Resulta desde una óptica antropológica interesante, hasta desde una vertiente biológica muy audaz e interesante. Sin embargo, el hombre es mucho más que eso, quien ve y ha visto llorar a muchas personas, reír, mostrar rabia, generosidad y amor, entre otras manifestaciones propias del ser humano, puede decir que es la lente la que da un lugar a la persona. Las personas son buenas por naturaleza, y en todo caso, podemos decir, como hablaba Durkheim del ficticio Emilio, que es la sociedad la que lo pervierte.  Un ejemplo, levántense y enciendan la radio, cariñosamente le llamo la "Necrológica" porque ha dejado en una tumba la esperanza. Evidentemente reflejan una realidad social, también hay que ver que cambiando de emisora o canal, la sociedad cambia y de crisis pasamos casi a oportunidad.

El amor es una oportunidad para vivir que cada persona merece, cuando una persona acude a consulta puede ser por muchos motivos, generalmente es porque le falta vida. No ha vivido, no vive... 
El terapeuta tiene que estar ahí, acompañar con amor, acompañar como es, tal y como es, a corazón abierto, decir las cosas claras, sin herir y ayudar a que juntos primero y, gradualmente, el consultante después, pueda retirar las máscaras que han configurado el carácter, una personalidad que se ha distanciado de la esencia. Del potencial de ese individuo. De su mismidad. Cuanto más compleja es una teoría, puede resultar más interesante pero también un artificio que se proyecta sobre el paciente desfigurando la realidad, y a lo peor, al propio paciente. El paciente es una persona, utililizaré otro clásico, se dice de los grandes artistas que cuando ven un trozo de barro o de mármol son capaces de ver la forma escondida. El terapeuta ayuda a que el paciente introduzca con cariño el cincel, con cariño.
Rodrigo Córdoba Sanz
rcordobasanz@gmail.com

http://youtu.be/HIUFA58OXQU
http://youtu.be/Sy9_Nwycogc
http://youtu.be/T42HfYO9xAw

Sabes como hacer
para alegrarme el día.
Dices que sonreír
te cura todas las heridas.
Te ha dado por probar
el lado bueno de la vida.

Por fin aprendiste a saborear
y a no perder el tiempo ni un minuto más
si no vale la pena.

Qué bien se te ve, se nota que estás feliz
algo cambio dentro de ti.
Qué bien se te ve, se nota que estás feliz.

Me dejé llevar por toda esa energía,
todo ese aluvión
de sensaciones positivas.
Otra buena razón
Pa' levantarme cada día.
Y si pudiéramos rebobinar
no perdería ni un minuto más
en tonterías.

Qué bien se te ve, se nota que estás feliz
algo cambio dentro de ti.
Qué bien se te ve, se nota que estás feliz.

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