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Paz y Ciencia

miércoles, 9 de enero de 2013

Marco de Referencia

Con el fin de evitar todo lo que podría alejar al cliente de su pista existencial, el terapeuta no escucha al cliente en función de su propio marco de referencia de terapeuta.
 
 
Así, no propone reajustes supuestamente "objetivos", ni opiniones, ni interpretaciones ex cátedra, ni consejos. No corta el hilo del proceso para enfocar al cliente en un aspecto de sí mismo del que este no es consciente o que no le resulta problemático, con el pretexto de que "es importante" según él, según el terapeuta. Aquello irá saliendo a la luz a su debido tiempo, y entonces será fundamental que el terapeuta lo capte, que lo favorezca: solo es actualizable de manera experiencial lo que está inscrito en el proceso direccional. El terapeuta no hace de juez de la rapidez del proceso de crecimiento del cliente. Así, es muy distinto decir "tiene usted resistencias al análisis" que decir "hay ahí alguna cosa que le produce algo de miedo y que usted no quiere tocar de momento".
 
 
De este modo, no exige al cliente que su terapia transcurra exclusivamente "en el otro escenario", es decir, en el pasado.
 
El cliente elige el lugar donde quiere poner su infancia, que es diferente para cada uno. La infancia siempre está allí a modo de flashback para resolver las dificultades que se encuentran. Pero conocer mentalmente el "porqué" de los trastornos se considera menos fructífero que descubrir el "cómo" superarlos, y esto se hace en el presente.
 
 
Rodrigo Córdoba Sanz.
 
Carl Rogers.
 
Terapia Humanista.
 
 

 
 


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