sábado, 8 de diciembre de 2012
Escribir es una plegaria
Se cuenta que Kafka tenía una jornada de escritor rigurosa y extraña a la vez: al regresar del trabajo, dormía la siestra de las 15:00 a las 19:30. Luego daba un paseo de una hora, cenaba con sus padres y empezaba a escribir hacia las 23:00, actividad que se podía prolongar hasta las 2:00 o las 3:00 de la madrugada, a veces incluso hasta más tarde.
Escribir no solo es beneficioso para realizarse y sanar dolencias psicológicas, sino también para tratar enfermedades como el cáncer. Enel Dana-Farber Cancer Institute de Boston, la doctora Bauer-Wu aplica la "terapia del diario" a sus pacientes, que dedican cada día media hora a escribir sus sensaciones, intimidades y miedos en una libreta.
Asegura que la mayoría tienden a mejorar tanto física como psicológicamente. Los enfermos, a pesar de que muchos al principio se muestran reaciones al ejercicio, se sienten liberados al poder expresarse libremente y sin tabúes en un papel. A pesar de tener acceso a ordenadores, curiosamente casi todos los pacientes prefieren el diario y el bolígrafo.
En cuanto a un proceso de duelo, un caso muy conocido de terapia a través de la escritura es el de Isabel Allende, que superó y aceptó la muerte de su hija Paula al escribir su devastadora pérdida.
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Rodrigo Córdoba Sanz,
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