Existen los que plantan.
Estos a veces sufren con las tempestades,
las estaciones, y raramente descansan.
Pero, al contrario que un edificio,
el jardín jamás para de crecer.
Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero,
también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.
Brida.
¿Por qué hemos de escuchar al corazón?
Porque donde én esté es donde estará su tesoro?
El Alquimista.
Ningún día es igual que otro,
cada mañana tiene su milagro especial, su momento mágico,
en el que se destruyen viejos universos
y se crean nuevas estrellas.
A orillas del río Piedra me senté y lloré.
El guerrero de la luz se zambulle sin vacilar
en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.
Manual del guerrero de la luz.
Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando.
El Alquimista.
En el momento en que salimos en busca del amor,
el amor también sale a nuestro encuentro.
Y nos salva.
A orillas del río Piedra me senté y lloré.
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