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Paz y Ciencia

lunes, 31 de diciembre de 2012

La primacía de la experiencia subjetiva

"Cada individuo existe dentro de un mundo, el de su experiencia, que se encuentra en movimiento perpetuo y cuyo centro es él mismo" (Rogers, 1951). Este mundo que le rodea, que podría llamarse campo femoménico o campo experiencial, solo puede captarse a través de la experiencia del propio individuo. Este es, para él, la realidad. Desde luego, un conjunto de percepciones semejantes por parte de un gran número de individuos permite afirmar que una mesa es eso que se ha llamado una "mesa".
Rogers deja a los neoplatónicos la tarea de investigar qué es la "realidad verdadera". Lo importante es que, a nivel psicológico, vivimos y reaccionamos a partir de un "mapa perceptivo".
La conciencia está constituida por simbolizaciones de algunas de nuestras experiencias, pero de una parte minúscula de estas. Las experiencias que no se simbolizan constituyen "el fondo" del campo experiencial. No afectan a la conducta. No obstante, pueden llegar a ser "figuras" si se desplazan en el sentido de la satisfacción de una necesidad del individuo. Fondo y figurs constituyen una gestalt en movimiento; determinadas experiencias se convierten en "figuras", y otras se reabsorben en el fondo.
Las conductas del individuo están dictadas por la percepción que tiene este de su campo fenoménico. Son reacciones, no a la realidad, sino a la percepción que tiene de la realidad del individuo. Para comprender la conducta de un individuo, habrá que procurar ver el mundo de la experiencia del cliente tan de cerca como sea posible, por sus ojos, tal como se ha vivido, dentro de su marco de referencia.

Rodrigo Córdoba Sanzo

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