La tendencia actualizadora participa de una tendencia más amplia: la tendencia formativa, inherente al universo. "Parece que en el universo actúa una tendencia formativa", dice Rogers. "Todas las formas que conocemos han surgido de una forma simple, ya se trate del cuerpo humano, salido de una célula, o de todas las formas de vida inorgánica, galaxias, estrellas, planetas, cristales, corales, objetos estelares. Todos ellos son objetos formativos". El universo se encuentra siempre en un proceso de elaboración y de creación, tanto como en un proceso de deterioro.
Así pues no es un mecanismo arrancado del mundo, sino que participa de un todo, que es el universo. Este, según la fórmula de Capra, citada por Rogers, es "un todo dinámico e invisible". Lo mismo sucede con el ser humano. Ambos obedecen a unas mismas leyes universales. Existe una autocreación permanente del individuo y del universo. Ambos se actualizan a cada instante, viven una misma autorrealización, son movidos ambos por una fuerza direccional organizadora. Entre uno y otro existe una interacción permanente. "Estamos sintonizados con una poderosa tendencia creativa que ha formado todo nuestro universo, desde el menor copo de nieve hasta la mayor de las galaxias, desde la ameba más humilde hasta la persona más sensible y más dotada".
"Pero el individuo tiene consciencia, una consciencia que puede dirigirse hacia una experiencia trascendente de la armonía y de la unidad del sistema cósmico". Hay aquí, como en las filosofías orientales, la idea "de un orden cósmico que engloba al universo, al ser humano y a la vida, y cuya armonía impide el caos" (Ries, 2001).
sábado, 29 de diciembre de 2012
La tendencia formativa
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