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Paz y Ciencia

sábado, 22 de diciembre de 2012

Carácter Orgulloso



Tiene un buen nivel de autosatisfacción, una buena imagen de sí, pero la dependencia de la aprobación externa hace que su emocionalidad sea muy inestable. Detrás de la imagen de independencia, se ve atado por su compulsión al gustar, por su búsqueda constante de aprobación. Su aspecto alegre, incluso ingenuo, se altera cuando el deseo de aprobación se ve frustrado. La rabia, ocasionada por la herida narcisista, se manifiesta entonces, en forma explosiva y violenta, a menudo con un sorprendente desajuste entre la causa que originó la explosión de rabia y la intensidad de la respuesta.
A nivel cognitivo se manifiesta como sobreabundancia. La forma de control que el individuo orgulloso ejerce sobre los demás es dar, ofrecer al otro parte de lo que él tiene y que lo hace tan especial, compartir con él su mundo. Más que cosas materiales, lo que da tiene que ver con ese compartir, con incluir al otro en su mundo, con ofrecerle su interés y su cariño. Con ello parece garantizarse el amor del otro. Se habla de pseudogenerosidad porque tiende a dar lo que él quiere dar, no lo que el otro verdaderamente necesita. Desde el egocentrismo le resulta difícil ver al otro.
Se muestran como personas cálidas, sensibles, afectuosas, solícitas e incluso serviciales, pero a menudo esa actitud no se mantiene cuando no están presentes las personas a seducir. Por eso prometen cosas que luego no cumplen, sin que haya intención consciente de no hacerlo, tan solo, al no estar el otro, lo olvidan o, sencillamente, no lo pueden hacer por imposiciones de la realida, cuyos límites no han sido tenidos en cuenta al prometer. No se sienten especialmente culpables por no cumplir, porque en el hecho de prometer ya han mostrado su interés por complacer al otro y su deseo genuino de hacerlo.
Su mecanismo de defensa más habitual es la represión. La represión permite mantener en el inconsciente la necesidad, el deseo sexual, la envidia, los sentimientos de carencia..., y sobre todo, lo estrictamente reprimido es el significado de los actos que evidencian. Para mantener la represión, el orgullo es el arma. Por eso la dificultad de cuestionarse, porque si el orgullo se debilita pueden aparecer todos los fantasmas reprimidos.
A algún nivel hay un secreto reconocimiento del vacío, un sentimiento de insignificancia personal que necesita ser constantemente compensado a través de la autoimagen gloriosa.
Los atributos subyacentes en la estructura del rasgo, según Claudio Naranjo son: intolerancia a los límites, rebeldía, hedonismo, capacidad de seducción y manipulación, emocionalidad intensa e inestable, impaciencia, independencia aparente que oculta la dependencia.

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