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Paz y Ciencia

lunes, 27 de diciembre de 2010

Identidad y Navidad



¡Buenos días! Hoy volvemos al trabajo después del descanso arropado de nuestro hogar, algunos han tenido que trabajar, otros han estado solos, la vida es un poliedro de muchas caras y facetas y se trata de indagar, explorar, con un componente de especulación hacia el centro de la mismidad, para conseguir saber quíenes somos. Esto se muestra más acusado en los adolescentes, aún y todo, si han tenido una infancia disoluta cargada de visitas al psicólogo, si sus padres se han separado y están dolidos o se sienten culpables, si son tímidos, si no tienen confianza en sí mismos. Son días de difícil contacto con la mismidad donde prima el principio del placer, el gozo, el disfrute y donde se deja de lado la reflexión para dentro, pero hay que seguir trabajando. La psicoterapia es una fuente de salud que los centros de salud pública no pueden mantener, otras ciudades de España, como Madrid y Barcelona ofrecen mejores servicios al respecto, además del cúmulo de profesionales que hay en sus vitrinas. En Zaragoza también han emigrado argentinos con un largo curriculum, conozco a varios que son muy valiosos. Estoy esperando con impaciencia el libro de Javier Lacruz de más de 1000 páginas, y no me paso de ceros, donde he colaborado con cariño, se trata de un libro esencial para entender al gran pediatra, psicoanalista y médico Donald Winnicott. Un autor que está en auge y que tiene más búsquedas en google que la propia Melanie Klein, donde se fijó él y le admiró en cierto modo hasta que reconoció su dogmatismo y su carácter autoritario como decía T. Adorno.
Los adolescentes y los adultos se diferencian porque unos están apuntalando su identidad y para ellos el grupo de pertenencia es muy importante, para los adultos su proceso de crecimiento es importante para entender su presente, se trata, entonces, de crecimiento mental y maduración emocional. En psicoterapia también se dan pautas y consejos, es inevitable, pero también se analiza la transferencia (las emociones y recuerdos e identificaciones que deposita en el terapeuta el paciente), así como la contratransferencia (las emociones que provoca la relación con el paciente en el terapeuta). Este trabajo es bello, creativo y hermoso y tras veces he insistido en hacer que la vida resulta la pena de ser vivida (con creatividad). El otro día vino una amiga de Madrid con trastorno borderline (se lo han repetido hasta la saciedad) y le regalé n libro de navidad llamado "Sobre la Creatividad", de un físico teórico. Ella llevaba un libro sobre bolsa. Es una persona polifacética que gracias a la resiliencia está superando su problema con coraje, es muy sensible a las relaciones interpersonales y a veces "odia a la gente y prefiere a su gato", pero es una persona magnífica y llena de potenciales y con una gran inteligencia. Y es cierto que los pacientes de psicoterapia son personas distintas a la media, son personas que se atreven a superar el miedo del "estigma" de acudir al psicólogo, sobre todo si son ancianos o de avanzada edad.
Hay que seguir pensando, reflexionando y pensando para ayudar a quienes sufren en su cuerpo y su alma. El psicoterapeuta es un experto en encontrar nuevas perspectivas y miradas para afrontar la realidad externa y para indagar eos vínculos con la realidad interna, las transacciones que se producen familia-trabajo-sociedad-amigos-MUNDO INTERNO. Un trabajo de espeleología emocional, sentimental, actitudinal y de reconstrucción de la biografía para encontrar los puntos de anclaje y parálisis de la creatividad y los momentos de dolor. Sin embargo esto se atraviesa de una psicoterapia que tienda hacia la felicidad, hacia los recursos, hacia la felicidad y hacia la construcción de nuevos horizontes donde la identidad se construya y el yo se haga fuerte para los avatares de la vida. Un abrazo. Rodrigo Córdoba Sanz.

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