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Paz y Ciencia

lunes, 6 de diciembre de 2010

Hölderlin

20/nov/2009 · ALCMEON. 2009 Oct;16(1):82-88.


Delirios de sí: Una aproximación literaria a Hölderlin y Scardanelli.

Autor: Jesús Ramírez-Bermúdez.

Palabras claves: Psicosis, Esquizofrenia, Poesía, Historia, Arte, Hölderlin.
Keywords: Psychosis, Schizophrenia, Poetry, History, Art, Hölderlin.)

Resumen

El caso de Friedrich Hölderlin (1770-1843) ha sido objeto de estudios clínicos, filosóficos y literarios por parte de grandes autores como Martin Heidegger, Karl Jaspers, Stefan Zweig, Roman Jackobson, Herman Hesse, Michel Foucalt, Hans-Georg Gadamer, Roberto Calasso, Maurice Blanchot, Paul Celan.

En este ensayo se realiza una aproximación que busca la integración de perspectivas clínicas y literarias para discutir la evolución del lenguaje en Hölderlin a través de su creación poética durante los años anteriores y posteriores a su enfermedad.

También se hace una crítica de los diagnósticos retrospectivos en la historia de la psiquiatría de acuerdo con las tesis de German Berrios, que sugieren una falta de "claridad epistemológica" cuando se interpretan casos supuestos de esquizofrenia previos a la construcción de su concepto, que aconteció en los siglos XIX y XX.





Friedrich Holderlin


http://www.sergas.es/Docs/Avalia-t/DepreInfPub/Ebook%20-%20Depresion%20en%20la%20Infancia.pdf
http://www.sergas.es/Docs/Avalia-t/DepreInfPub/Ebook%20-%20Depresion%20en%20la%20Infancia.pdf
Son guías interactivas para la esquizofrenia y para la depresión.

Aunque no siempre, la esquizofrenia tiene tendencia a evolucionar de una forma crónica. No obstante, esto no quiere decir que el pronóstico sea negativo a largo plazo. Hay muchas enfermedades que, aun siendo crónicas, no interfieren en la capacidad de adaptación del sujeto en su calidad de vida; la miopía, por ejemplo, o la diabetes, a pesar de ser situaciones que acompañarán siempre al sujeto, pueden permitir que tenga una calidad de vida muy buena.
En la esquizofrenia se cumple una regla, la de los tres tercios, que dice que un tercio de los pacientes evoluciona favorablemente, un tercio de una forma estable, y un tercio desfavorablemente.
Los pacientes esquizofrénicos son personas por lo general tranquilas, pacíficas y que no se caracterizan por realizar agresiones, aunque los medios de comunicación o las ideas de la población general puedan divulgar una información errónea del comportamiento del enfermo mental, que no se ajusta a la realidad. Es más, estos pacientes tienden, incluso, a eludir y a evitar situaciones problemáticas y prefieren estar solos. Sí es cierto que en momentos de descompensación de la enfermedad, en el contexto de reaparición de los síntomas psicóticos, pueden mostrarse inquietos, agitados y, en casos esporádicos, cometer actos de autoagresiones o de heteroagresiones, aunque no suele ser una conducta frecuente.

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Existe una patobiografía de Holderlin junto con Van Gogh de Karl Jaspers que es realmente buena. Karl Jaspers fue un existencialista-fenomenólogo que hacia sutiles "disecciones" de la patología del paciente.
Lamentablemente en aquella época no se centraban en la capacidad del paciente y los tratamientos eran muy duros e inhumanos. Es tiempo lejano y ahora parece que la psicoterapia y la psicofarmacología ayuda a muchos pacientes a aliviar (psicofarmacología) y a sanar o mejorar la calidad de vida del paciente y desarrollar sus potenciales (psicoterapia). Rodrigo Córdoba Sanz.

Lamentos de Menón por Diotima







(fragmento)






I


Vengo en vano a buscar un cambio todos los días,


callan siempre a mi voz todas las sendas del campo;


fui a las gélidas cimas, las sombras todas me vieron,


y las fuentes; incierto vaga sin rumbo el espíritu,


paz buscando; así va por los bosques la herida alimaña


que a medio día de sombra segura gozó;


pero ya a su verde guarida no ha de tornar.


Insomne y dolida el dardo lleva doquier.


No el calor ni la luz, no la gélida noche la curan,


ni el frescor del torrente da a sus heridas alivio.


Y como la tierra sus triacas en vano


dale, y el céfiro no su fiebre logran aplacar:


tal, amigos, ¿a mí será imposible que nadie


pueda el fatídico sueño por fin apartar?






II


Sí, bien poco curáis del miserable que, oh dioses


de la muerte, apresáis en vuestras ávidas fauces,


y crueles hundís en la lúgubre noche;


para qué suplicar, o con vosotros reñir,


o con paciencia sufrir en pávido exilio viviendo


y sonriendo escuchar vuestra necia canción;


si ha de ser, tu salud olvida, duerme callado;


pero surge una voz de esperanza en tu pecho;


¡tú no puedes aún, pobre alma, no puedes


consentir, pues aguardas presa en tu sórdido sueño!


Y aún ambiciono la corona que adorna mis bucles;


bien sé que solo estoy, empero llega de lejos


sombra amiga, y sonríe, y me llena de pasmo,


pues me torna feliz en el dolor que me oprime.






III


¡Luz de amor! ¿Tu fulgor áureo llega también a los muertos


tal como en tiempo feliz brillas ahora en mi noche?


Dulces jardines, montañas rosas al sol del ocaso,


bienvenidas seáis sendas calladas del bosque,


sois testigos de un júbilo celestial; ¡lueñes astros


que santas miradas antaño me enviásteis!


Y vosotros, amables hijos de un día de mayo,


suaves rosas y lirios que siempre memoro;


primaveras fenecen, los años expulsan los años,


cambian y pugnan, el tiempo se cierne


sobre testas mortales, mas no en los ojos beatos


de amorosas parejas que nueva vida comparten.


Pues los días, los años estelares por siempre,


¡Diotima! Con nos íntimamente se unieron.






IV


Pero unidos en plácida paz, como cisnes amantes


que ante el lago reposan o son por las ondas mecidos,


viendo el fondo en que nubes de plata la linfa refleja,


y el etéreo azul que a su paso tremola;


de tal guisa fuimos los dos; alzábase el Bóreas


que persigue al amor, y que supo abatir


del ramaje el verdor, y la lluvia en el viento arrastrar;


mas tranquilos reíamos, nuestro dios vigilaba


el idilio con faz infantil y serena,


que en un canto común nuestras almas unía.


Mas hoy está vacía la casa; se han llevado


mis ojos, me he perdido también contigo al perderte.


Y así debo vagar, e igual a las sombras vivir;


vano y sin alma ya todo ha de ser para mí.






V


¿Qué festejar, con qué fin? ¿Cantar, y con quién?


Al solitario los dones divinos no llegan;


es este mi delito; yo sé que un signo aciago


paraliza mis miembros, mi espíritu anula,


y mudo, insensible, como un niño me torna.


Sólo a veces los ojos lágrimas gélidas lloran,


y me atristan las flores del campo, las aves alegres,


mensajeras de radiante canción celestial.


Pero el vívido sol en mi lúgubre pecho,


frío, estéril, declina y anuncia la noche.


¡Ay! Y vano y vacío como muros de cárcel, el cielo


ciérnese como curva guadaña sobre mi frente.(...)

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