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Paz y Ciencia

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Amo, luego soy, falacia del amor

La otra cara que un filósofo quizá, por sus atuendos intelectuales y formación, mirada filosófica y formada en clásicos y contemporáneos del amor. Es el amor que complementa la persona, la media naranja no es el práctico. Si no Platónico, ese amor ideal. Pero existe un amor, que Boris Cyrulnik entiende en "El amor que nos cura" que trata y tiene que ver con ese amor que repara el daño y cierra las heridas que la biografía, la vida, la trayectoria vital nos han infringido. Todo humano tiene un bagaje, un modo de aproximarse y construir la realidad y el amor ocupa un lugar vital en ese entramado existencial y humano. El vivir con una persona a la que se ama y que te ama llena los pulmones de un profundo elixir mágico que arrastra para fuera el daño y el sufrimiento. Es el vínculo reparador y el amor que recibe una persona lo que le hace más fuerte, más seguro y con más afluentes hacia su alma de fuentes narcisísticas, de amor propio, de cariño, autoestima y equilibrio.
El amor tiene diversas fases, a veces la gente se aburre cuando el amor pasional del noviazgo o de la relación clandestina se acaba pero el amor verdadero y responsable es la fase definitiva donde se cimenta y fundamenta la relación.
El amor es una fuente de calor humano, de comprensión, de reciprocidad, de atenciones, de reflexiones compartidas, un espacio humano compartido, proyectos existenciales, un organigrama de vida y una forma de ser que se ve impulsada por la fuerza del calor amoroso. Es algo en parte inefable y con resultados muy notables que se ve claramente en las consultas y en la vida. El amor es algo a lo que se aferran las personas con carencias, el amor es algo de lo que se abusa cuando se está mal, traduciéndose en dependencia. Pero siempre el amor es una fuente de vitalidad que proporciona un halo de esperanza, ilusión y emoción que irradia a las dos personas, miembros de esa dupla hacia el éxito en su proyecto vital. El amor reparatorio es lo que comenta Cyrulnik, algo frecuente en psicología, el amor para curar, el amor para llenarse y tapar los agujeros y vacíos de la existencia, el vacío afectivo y existencial. Pero no es una solución madura para todo eso porque es el individuo el que debe hacer el trabajo de reflexión para conseguir proveerse de esa madurez emocional sin la presencia de su pareja, el individuo debe aprender a estar solo y construir su propia vida, esto es fundamental para su estar-en-el-mundo.

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