"Es como volver a soñar en mi lengua original y reflexionar, a través de una lengua primordial, el mensaje onírico sobre mis propias raíces".
Para Freud, el sueño es huella, memoria filogenética y ontogenética, experiencia de la vida, forma de pensar y de personificar lo imaginario inconsciente, velado en gran medida por la conciencia.
El mundo de los sueños es una selva viva, donde habita la fantasía en estado de enigma. Desde la Antigüedad, el intérprete de los sueños personifica la curiosidad por las formas oscuras e invisibles de la naturaleza y del ser.
Este libro constituye una reflexión crítica, a través de una experiencia clínica sobre la dificultad de interpretar el fenómeno onírico. En la narración de esta experiencia se ha puesto el acento en el proceso descriptivo y fenomenológico y en la experiencia estética.
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