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Paz y Ciencia

viernes, 16 de agosto de 2013

Victor Frankl: Sobre la Existencia



El movimiento existencial se ha manifestado en diferentes áreas de nuestra cultura tanto en la filosofía como en el arte y en la ciencia. Podríamos decir que los une la búsqueda por el comprender, profundizar y expresar los ámbitos del existir humano.

La psicoterapia existencial surge en diferentes lugares de Europa entre los años 1940 y 1950 como una respuesta ante las corrientes psicológicas que prevalecían en la época. Los terapeutas existenciales están fundamentalmente preocupados por redescubrir a la persona humana, viviente e inmediata y no a una mera proyección de teorías sobre ella. Entre las diferentes escuelas  que se desarrollan tenemos a representantes como escuelas que se desarrollan tenemos a representantes como Binswanger, Storch, Boss, Bally, Kuhn en Suiza, Minkowski en Paris, Sitraus y von Gebsattel en Alemania, van Den Berg y  Buytendijk en Holanda, Allers, Frankl y Längle en Viena. May y Yalom en EUA y en México sin habérsele reconocido suficientemente, el psiquiatra existencial J. Luis Patiño. Todos ellos siguen caminos paralelos y como es de esperarse cada uno con características propias que implican similitudes y diferencias dentro de un mismo “mapa” de referencia: los fundamentos fenomenológico existenciales.

El análisis existencial fue desarrollado por Víktor Frankl en los años treintas como un concepto fundamental antropológico para una corriente existencial de psicoterapia y consejería. En la misma época, Frankl desarrolló la logoterapia como una orientación al sentido de vida y como una forma de tratamiento, la cual fue por primera vez recopilada en el libro “Psicoanálisis y Existencialismo” (Ärztliche Seelsorge). De aquí se desprende que la aplicación práctica de la logoterapia radica primariamente en la postura de ayuda a los seres humanos, que (aún) no están enfermos, pero que sufren bajo una desorientación existencial. Es así que la logoterapia encuentra un amplio campo de aplicación en la psicología, psicohigiene, trabajo social, prevención de adicciones, enfermería, pedagogía y en la cura pastoral, donde esencialmente se puede trabajar en la profilaxis de padecimientos neuróticos y en la prevención de los sentimientos de vacuidad y pérdida de sentido (vacío existencial). La finalidad de la logoterapia es en todos estos casos la de solidificar el sentido individual mediante el desempeño de una responsabilidad libremente elegida.

Análisis Existencial no significa análisis de  la existencia, sino análisis hacia la existencia, hacia la responsabilidad propia, hacia la vida humanamente digna y configurada en forma personal. Esto teóricamente sucede en el “Análisis Existencial General” el cual como corriente de investigación intenta esclarecer las condiciones generales de la existencia plena de sentido. Las aplicaciones prácticas del análisis existencial como procedimiento psicoterapéutico han sido desarrolladas en los últimos años por el Dr. Alfried Längle. Con su  “Análisis Existencial Personal”  se tiene a disposición un método existencial de psicoterapia, el cual posibilita la configuración de la situación vital, así como el reconocimiento y el tratamiento de los trastornos (neuróticos)  en el despliegue de las facultades personales. Para esto son frecuentemente necesarios procesos de reestructuración.

Mientras Frankl consideraba la búsqueda de sentido como la motivación más profunda de los seres humanos, recientemente el Análisis Existencial ha distinguido otras tres motivaciones existenciales (o personales) que preceden a la motivación del sentido y que mueven al ser humano profunda y constantemente:
Al ser humano lo moviliza la pregunta fundamental de la existencia:
  1. Yo soy – pero ¿puedo ser y estar? ¿Tengo el suficiente espacio, protección y sostén? Una persona experimenta especialmente esto cuando se siente aceptada, lo que le permitirá a su vez tener una actitud personal de auto-aceptación. La carencia de esto conduce a la ansiedad (angustia).
  2. Yo estoy vivo—pero ¿me gusta vivir? ¿Experimento plenitud, afecto y aprecio por aquello que tiene valor en mi vida?. La dedicación requiere sentir lo valioso en la propia vida. Este valor fundamental consiste en un profundo darse cuenta de que es bueno existir (“soy y estoy aquí”). La carencia  de esto conduce a la depresión.
  3. Yo soy yo – pero ¿me siento libre para ser yo mismo? ¿Experimento atención, justicia, aprecio, estima, respeto, mi propio valor? – Carencias a este nivel conduce a complejos de síntomas histriónicas así como a los principales trastornos de la personalidad.
  4. Yo estoy aquí – pero ¿para qué es bueno? ¿Qué puedo hacer hoy, para que mi vida sea parte de una totalidad con sentido? — ¿Para qué vivo? –  Carencias a este nivel conducen a las adicciones y la dependencia.
La antropología existencial ve al ser humano como el ser que siempre se encuentra conciente o inconcientemente ante la decisión. Pero solo podrá tomar decisiones llenas de sentido, cuando pueda vivenciar y poner en la balanza los valores del momento. Esto presupone una apertura al mundo con la cual los valores puedan ser percibidos y no una “auto-fijación neurótica” y es en estos casos en los que se aplica el análisis existencial personal, que es el método fenomenológico desarrollado por el Dr. Alfried Längle.

http://youtu.be/WVvxcwp3v8Y Fito y Fitipaldis - Acabo de llegar -
http://analisisexistencial.org/analisis-existencial-origenes/

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