PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

jueves, 15 de agosto de 2013

La "etiología sexual de las neurosis" o el corte freudiano



El carácter comprobado de los hechos de seducción acreditaría, por lo tanto, para el creador del psicoanálisis, la teoría llamada de "la etiología sexual": el síntoma neurótico tendría su causa en ese trauma sexual precoz, que Freud muestra en La etiología de la histeria (1896).

En una célebre carta a Wilhelm Fliess, del otoño de 1897, Freud confía sus dudas en términos reveladores: "Es necesario que te confíe de inmediato el gran secreto que, en el curso de los últimos meses, se me ha revelado lentamente. No creo más en mi neurótica (teoría de la neurosis). ¿De qué se trata? Puede ser que haya actuado mal al impulsar los análisis "hasta su verdadero final", que haya considerado inverosímil "acusar al padre" (seductor frecuente) de perversión, que haya hecho mal en encontrar "en el inconsciente" algún "indicio de la realidad", o, por último, que "en las psicosis más profundas, el recuerdo inconsciente no brota". Éstas son, a decir verdad, las cuatro "salvas" de razones acumuladas. Éste es el hecho: Freud tiene la sensación de no poder fundamentar su teoría etiológica sobre un realismo de vivencia infantil, lo que obliga a refugiarse en una teoría más "constitucional", vale decir, a buscar en alguna predisposición interna lo que no puede ser considerado como puro y simple acontecimiento, "históricamente" producido desde fuera.

Resulta revelador el proceso mismo en virtud del cual Freud elabora esta "decepción" y la lleva al conocimiento del "mundo científico". En este diálogo confidencial con Fliess se produce esta evolución, mientras que la Universidad pone "mala cara" a las hipótesis consideradas fantasiosas, "cuento de hadas científico" a los ojos del mundo erudito...

También, en el momento en que comunica su perplejidad, son resultado de un "honesto y eficaz trabajo intelectual", de manera que puede "sentirse orgulloso de poder haber llegado tan lejos, de poder todavía ejercer (su) crítica". Agrega, en una alusión bíblica, que habrá de "contar todo esto con Gad", que no lo anunciará "en Ascalón, en el país de los filisteos", hombres de prejuicios y de incultura, tan incapaces de emitir hipótesis audaces... como de someterlas a un verdadero examen crítico.

Esto explica su "estrategia": lo discute con quien lo merece, tal como Leopold ¨Löwenfeld, a quien confía su evolución, ¡a tal pùnto, que en una obra de este último se enseña en qué consiste! Luego, en los textos de 1905, Freud redefine su posición, en el marco de la concepción general de la líbido. Sobre todo, la experiencia clínica -en particular, el caso de "El hombre de los Lobos- le da ocasión de reconsiderar la cuestión. Numerosas alusiones, en una serie de exposiciones hasta el final de su obra, dan testimonio de que la cuestión no ha dejado de ser trabajado del psicoanálisis.


No hay comentarios: