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Paz y Ciencia

domingo, 8 de junio de 2014

Polémica entre Anna Freud-Melanie Klein y el Establishment



Este artículo analiza las "vicisitudes" entre Anna Freud y Melanie Klein. La segunda fue quien triunfó en el seno de la Sociedad Británica de Psicoanálisis y la más estudiada.
Klein fue maestra, después de analizarse con grandes maestros como Ferenczi o Abraham. Ellos le influyeron mucho en su posterior labor, orientación y selección de temas.
También influyó en Donald Woods Winnicott, quien llegó a decir, desde el "Middle Group": "Sufrí la influencia de Melanie Klein". A Winnicott no le gustaba, ni compartía las atribuciones del instinto de muerte y un Edipo tan temprano como postulaba Klein. No obstante existió una clara admiración puesto que el trabajo de Klein sobre "Psicoanálisis de niños" fue, para Winnicott verdaderamente esclarecedor. Klein fue una mujer depresiva, su biografía está salpicada de pérdidas, y es el duelo uno de los conceptos que más elaboró.
En definitiva, La teoría es predicado del sujeto, nunca es aséptica, estamos atravesados de nuestras vivencias y Melanie Klein no pudo quitar estas investiduras. Les dejo con un fragmento muy interesante.
Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo y Psicoterapeuta

POLÉMICA ENTRE ANNA FREUD-MELANIE KLEIN Y EL ESTABLISHMENT



El debate se transportó posteriormente de la arena vienesa a la londinense. Aquí conviene analizar el estado teórico de ambas autoras en ese momento histórico, es decir, entender sus conceptos sobre las relaciones de objeto en la discusión de 1942-1944. El impacto de la controversia en la institución científica psicoanalítica es revisado por Holland (1990) quien subraya el carácter positivista del conocimiento en la tradición británica en los debates (2) Sobre éste debate en concreto King, y Steiner (1991) realizan una reseña histórica. Según Laurent (1997), Lacan reflexionó críticamente sobre las nociones de ambas autoras en el debate en el Seminario 4 La relación de objeto (1956-1957).
En el conflicto surgió una solución de compromiso que evitó la escisión institucional de la Sociedad Británica de Psicoanálisis con la conformación de un grupo intermedio creado por Winnicott, un espacio transicional.
El psicoanálisis infantil como técnica de tratamiento de una relación directa niño - analista, comenzó realmente con Hermine Hug-Hellmuth desde 1913 (3). Su técnica combinaba la interpretación del material inconsciente a través de la observación del juego compartido en los hogares de los pacientes con apoyo pedagógico. Durante la década de los veinte Melanie Klein y Anna Freud elaboraron sus enfoques sobre la cura analítica del niño (Kris, 1933). La primera sobre la interpretación de los símbolos de lo inconsciente y la segunda sobre las defensas del yo.
El primer encuentro de Anna Freud y Melanie Klein fue en la Sociedad Psicoanalítica de Viena el 17 de diciembre de 1924. Anna Freud mostró cautela ante la teoría de Melanie Klein. Sin embargo, comenzó su ataque en la Sociedad Psicoanalítica de Berlín en septiembre de 1927, con una disertación sobre la técnica del psicoanálisis del niño, Melanie Klein solicitó a Jones que le organizase un simposium para responder institucionalmente a la crítica de Anna Freud. Más adelante Waelder la criticó teóricamente en Viena en 1935 y Melanie Klein no pudo enfrentarse al grupo de Viena en 1937 de manera directa.

1. La técnica de Anna Freud.
Anna Freud propone un periodo de preparación para educar al niño en un futuro paciente. El intento es establecer confianza, "convertir en interior la decisión exterior de analizarse". Emplea tres semanas de prueba, trata de convencer a los padres del beneficio del tratamiento, con el objetivo de "crear las precondiciones necesarias para iniciar un verdadero análisis: la conciencia del sufrimiento, la confianza y la resolución de analizarse" (A. Freud, 1927, p. 21). Durante este periodo de prueba la analista tejía y hacia labores de punto, ayudaba al paciente a redactar cartas y cuentos. En el momento en que se establece el vínculo de confianza se inicia el periodo analítico, o sea, la transferencia positiva (4).
La psicoanalista obtiene información de los padres para completar la historia del caso y se entrevista con ellos periódicamente para conocer el avance de la cura. Por su parte la familia colabora en el análisis con reportes sobre el niño.
Las técnicas durante el tratamiento son la interpretación de los sueños en búsqueda de los rastros, junto con el niño. Otro recurso es la narración de los ensueños diurnos. El dibujo es un auxiliar para visualizar la problemática del paciente y finalmente, el juego es útil corno procedimiento analítico.
Es básico el análisis de la transferencia con énfasis en la positiva. Incluso se acude a todos los recursos disponibles para disolver la transferencia negativa, porque sus manifestaciones son vivencias como obstáculo cuando se pretende liberar material reprimido de lo inconsciente, causando la resistencia del yo. Anna Freud subraya que en realidad el niño es incapaz de establecer la neurosis de transferencia porque sus padres se encuentran presentes en su ambiente inmediato. El enfoque consiste en dirigir la estrategia hacia el hogar del niño. El mundo exterior es importante para comprender la dinámica afectiva del niño. "Son evidentes las múltiples interrelaciones entre... superyó y los objetos a los cuales debe su establecimiento, pudiéndose compararlas a las que rigen entre dos vasos comunicantes" (A. Freud, 1927, p. 84).
La psicoanalista pretende ocupar el ideal del yo del niño y analizar entonces la doble labor curativa y pedagógica (5). Prohibir y permitir, liberar y coartar simultáneamente. La meta del psicoanálisis infantil es desarrollar el yo hacia la síntesis, modificar el carácter, la producción de identificaciones sobre el yo, y alcanzar un superyó tolerante.

2. La técnica de Melanie Klein.
El psicoanálisis del niño comienza en la primera sesión. El trabajo es con las cantidades de angustia y culpa, La angustia es una expresión de las resistencias y la herramienta es la interpretación.
La técnica del juego es la vía de acceso al material inconsciente. Los juguetes son los instrumentos para conocer la fantasía inconsciente (6). Por lo tanto, la conexión es con el inconsciente del niño. "La representación por medio de juguetes en realidad, la representación simbólica en general, al estar hacia cierto punto alejada de la persona misma del sujeto— está menos investida de angustia que la confesión por la palabra hablada" (Klein, 1927, p. 95).
Las transferencias positiva y negativa son manejables. La transferencia negativa se interpreta. En el niño surge la neurosis de transferencia. "Cuando analizo niños —escribe Klein— observo que sus síntomas cambian, que se acentúan o disminuyen de acuerdo con la situación analítica. Observó en ellos la abreacción de afectos en estrecha conexión con el progreso del trabajo y en relación conmigo. Observo que surge angustia y que las reacciones del niño se resuelven en el terreno analítico" (Klein, 1927, p. 101).
El psicoanálisis se ocupa del complejo de Edipo formado con la frustración derivada por el destete. Se analiza la relación con los objetos introyectados en el mundo interno.
El superyó es conformado en la infancia temprana. Por lo tanto comprender su severidad, en relación con los impulsos canibalísticos y sádicos, la castración, la sensación de estar cortado en pedazos, devorado y con terror de las vivencias inconscientes.
El psicoanálisis es aplicado a niños de tres a seis anos de edad. La meta es, no obstante que el superyó se muestra permanentemente como resistente, sin alterar su núcleo, reducir su poder. Comprender la estructura del superyo.

3. Crítica de Anna Freud a Melanie Klein.
Melanie Klein sustituye a la asociación libre por la técnica de juego, instrumento esencial para la observación del niño pre-verbal. Las interpretaciones revelan el significado simbólico oculto en cada juego. Sin embargo, es equívoco porque para Anna Freud el niño en este periodo no cuenta con representaciones. En rigor, la técnica de juego es contra-indicada en los infantes muy pequeños.
El furor de interpretación es un error. Cuando M. Klein interpreta cada pauta de actuación hacia la analista y los objetos del consultorio. "Melanie Klein... cree poder deducir la existencia de una actitud ambivalente del niño frente a su madre cuando aquel se muestra hostil a la analista en la primera sesión, rechazándola o atacándola". (A. Freud, 1927, p. 70). Según Anna Freud que por el vínculo de cariño con su madre es común en el niño no dirigir su afecto a otras personas (sic).

4. Crítica de Melanie Klein a Anna Freud.
Los juicios de Klein son contundentes y certeros. Están dirigidos a los graves errores de Anna Freud que implican su desvío a la esencia de la técnica psicoanalítica. El procedimiento de Melanie Klein es desmontar, con lucidez, cada una de las ideas de Anna Freud. No deja títere con cabeza. En primer lugar Anna Freud no analiza el complejo de Edipo. Tampoco revisa con profundidad las pulsiones. Emplea la angustia para su servicio y no intenta resolver los sentimientos de culpa. Con todo, no promueve la neurosis de transferencia porque deja pasar sin tocar, la transferencia negativa. "El peligro temido por Anna Freud, de que el análisis de los sentimientos negativos de un niño hacia sus padres arruinará su relación con éstos, es siempre y bajo toda circunstancia inexistentes " (Klein, 1927, p. 125). Para Melanie Klein el análisis de niños muy pequeños revelan las tendencias hostiles, los sentimientos de culpa originados por la frustración oral, y edípica, que iluminan la sesión con estos contenidos y libera al paciente.
Otra crítica es introducir asuntos pedagógicos, en lugar de ajustarse al método de psicoanálisis, incluso, convertirse en agente educativo desvía su desempeño propio del psicoanalista y la consecuencia es el bloqueo de las pulsiones reforzadas a mantenerse reprimidas.

5. Marco teórico psicoanalítico de Anna Freud y Melanie Klein.
El asunto de la discusión técnica sobre la transferencia negativa es el enfoque teórico sobre la agresión, la pulsión de muerte, el complejo de Edipo y el superyó. Si Anna Freud no asume la hostilidad en la transferencia es porque su noción de agresión es una defensa del yo que emplea la proyección, el sujeto entonces considera que la fuente de su ira es el mundo externo.
Por otra parte, la analizabilidad del niño remontada por Anna Freud a la fase de latencia es porque se adhiere al punto de vista genético considerando al superyó como un derivado del sepultamiento del complejo de Edipo. Las normas morales internalizadas son un suelo fértil para el enfoque pedagógico en la cura. En cambio, Melanie Klein enfoca el tratamiento psicoanalítico a niños muy pequeños, porque construyó su teoría sobre la referencia de que en la vida psíquica del bebe se encuentra el origen del complejo de Edipo con el destete. y la manifestación del superyó con las fantasías de aniquilamiento. "Pero el comienzo mismo de los deseos edípicos, se conecta, ya con incipiente miedo a la castración y sentimientos de culpa" (Klein, 1928, p. 38).
En el fondo de las críticas se encuentra el marco de referencia epistemológico de las dos autoras. Anna Freud es ambigua a la noción de la pulsión de muerte en 1927, por eso se adhiere relativamente a la teoría de Sigmund Freud. Incluso en la presentación de la guía de los escritos de Freud [1986] señaló que el dualismo de las pulsiones de vida y de muerte se convirtió en motivo de conflicto entre los psicoanalistas, sin asumir ningún rol protagónico.
Melanie Klein asimiló la noción de introyección de Ferenczi y el concepto de fase oral-sádico de Abraham y se adhirió a la pulsión de muerte de Freud. La pulsión de muerte está imbricada con la agresión. Las ansiedades derivadas del complejo de Edipo se manifiestan en el temor a ser devorado y destruido. "El niño mismo desea destruir su objeto libidinoso mordiéndolo, devorándolo y cortándolo, lo que le provoca angustia, ya que el despertarse de las tendencias edípicas es seguido por la introyección del objeto, el que se transforma entonces en alguno de quien se debe esperar un castigo. El niño en consecuencia, teme ahora un castigo que corresponde a su ataque; el superyó se transforma en algo que muerde, devora y corta" (Klein, 1928, p. 39). Para Fenichel (1937) son incomprensibles los estadios tempranos del superyó porque los conflictos entre las pulsiones y la frustración de las pulsiones por el mundo externo es una tendencia que se internaliza.
Melanie Klein construyó su teoría en función de la practica clínica, las manifestaciones de los temores procedentes de la voracidad, la castración, el sentimiento de culpa, generó la reflexión psicoanalítica para construir una nueva epistemología. Su teoría explicativa y comprensiva de los procesos psíquicos del sujeto en su primer año de vida, Petot (1979) reveló que los dos descubrimientos básicos de Melanie Klein son, entre 1927 y 1932, el de una fase de apogeo del sadismo, punto de fijación de la psicosis, y el de un mecanismo, la reparación, que permite superarla.
Para Melanie Klein, según Petot, los objetos introyectados eran objetos malos, amenazadores, ansiógenos y severos más que los objetos reales. Estos objetos introyectados, son el núcleo del superyó. El objeto interno es la introyección —en el interior— de objetos malos atacados por el sadismo; hay imagos buenos y malos, introyección de objetos buenos. Es el mundo interno.
Anna Freud solamente contaba hasta la polémica del ‘27 con la teoría de Freud. Posteriormente la teoría psicoanalítica del yo le proporcionó la cobertura referencial necesaria para sus reflexiones. Su interés por el yo fue simultáneo al de Hartmann, aunque ella se centré en el proceso defensivo. Más adelante, en el transito británico referiremos las aportaciones precisas que Anna Freud asimiló de Hartmann. Pero antes de transferir nuestra reflexión al suelo inglés revisemos el origen de la historia de vida psicoanalítica de Anna Freud y Melanie Klein.



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