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Paz y Ciencia

miércoles, 5 de junio de 2013

Confianza y sensatez

 
 
Cuando un niño se aleja no nos está tomando el pelo, está demostrando confianza.

El regreso de la niña se activa automáticamente a cierta distancia o pasado cierto tiempo; pero también hay factores que lo desencadenan. Uno es una amenaza potencial, como la aparición de un perro o de un desconocido. Otro es la sensación de que la madre ya no la vigila; la llegada de una amiga que se pone a hablar con la madre ya no la vigila; la llegada de una amiga que se pone a hablar con la madre suele hacer que la niña vuelva y reclame atención. Una vez más, no sería correcto hablar de "celos"; simplemente, la prudencia más elemental recomienda no alejarse mientras mamá está distraída o hablando.
Tarde o temprano llega la hora de volver a casa. Mamá llama a su hija, que habitualmente no viene. Mamá se pone en pie y la vuelve a llamar; es probable que entonces la niña sí que acuda al ver que su madre está por irse. Ahora mamá espera que su hija la siga, poco a poco, caminando. Pero no es así. Tal vez la niña se siente en el suelo y se ponga a llorar. Tal vez corra hasta colocarse delante de su madre, alzando los brazos que intente abrazarse a sus rodillas para inmovilizarla.

Carlos González. Pediatra

Atribuir cualidades de adulto a un bebé o un niño pequeño es absolutamente triste. Un bebé ni tan siquiera tiene, en lo biológico, el desarrollo neuronal de un adulto. En lo fundamental hay que decir es que los bebés y los niños nacen buenos.
Recuerdo con amargura un libro de Vicente Garrido (psicólogo criminalista) e incluso del defensor del menor anterior (Javier Urra), que hablaban de psicopatía en niños y lo rebozaban de genética y estas cosas que suenan tan científicas y sofisticadas. El hecho fundamental es que el desarrollo de un bebé, un niño y un adolescente depende de algo tan fácil de decir y tan difícil de mostrar constantemente como es el AMOR. El amor no es algo caprichoso, no es dar capricho tampoco. Evolutivamente, los padres salían a cazar mientras las mujeres criaban al niño. Ahora los padres se van a la oficina mientras las mamás le dan la teta. ¿Por qué complicarse tanto y sacar libros de unas pocas excepciones de niños desorganizados o delincuentes si la inmensa mayoría son entrañables?
 
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Zaragoza. Psicoterapeuta.

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