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Paz y Ciencia

jueves, 22 de septiembre de 2016

Ambivalencia y Culpa



Courtney Love


En sus investigaciones, Melanie Klein descubrió un Superyó temprano. Hecho evolutivo en el que la crueldad era muy temprana. Entre 0-4 meses sería la fase esquizo-paranoide, donde ataca al pecho y, posteriormente la fase depresiva, cuando aparecen los sentimientos de culpa y reparación al integrar el pecho bueno y el pecho malo.
Como es el momento de encontrar la propia identidad y romper, en cierta medida los vínculos fusionales, necesita del impulso agresivo y autoafirmativo. Posteriormente, la evolución hará que este sadismo disminuya, y con él lo harán temores persecutorios.
En las neurosis y psicosis, el carácter sádico del Superyó es bastante evidente.
Existe un Superyó bondadoso, que se basa en la incorporación de los aspectos tolerantes y protectores de los padres. Esto conduce a una actitud comprensiva con los otros y benigna con nosotros mismos.
El sentimiento de culpa para Freud es la expresión de la ambivalencia, fruto de la eterna lucha entre Eros y Thanatos. Así es frecuente que se sienta reprimido en un plano inconsciente, y se manifieste de forma indirecta por algunos de sus efectos: irritabilidad, mal humor, apatía, depresión, trastornos psicosomáticos, sin alcanzar el plano de la conciencia.
También se puede expresar por una tensión intrapsíquica inconsciente,  una angustia que se manifiesta como mal estar, sufrimiento, depresión y pensamientos catastróficos, que desvelan una inevitable necesidad de castigo, asociada a la culpa inconsciente.
Freud, al principio de su teoría sobre la culpa, las tendencias eróticas frustradas daban lugar al sentimiento de culpa. Más tarde llegó a la conclusión de que tan solo la agresión es responsable de este sentimiento, es decir, el componente agresivo presente en toda tendencia erótica, o sea, la ambivalencia de los sentimientos.
Carmen Durán, interpretada por Rodrigo Córdoba Sanz.
"El Sentirnos de Culpa". Kairós

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