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Paz y Ciencia

jueves, 29 de septiembre de 2016

Asertividad en el maltrato: ¿Real?




Nuestra mayor libertad es la libertad de elegir nuestra actitud. Víctor Frankl

La palabra Asertividad viene del verbo latino "assertus" y significa afirmar.
Bernardo Stamateas plantea la posibilidad de poder "capear el temporal", pero depende, claro está, del nivel de gravedad del maltratador y la "toxicidad de la relación", como gusta decir.
La capacidad de manipular y el "acoso moral", como dice Hirigoyen se puede manifestar no solo en actos o palabras. Una mirada puede ser suficiente.
Rodrigo Córdoba Sanz


La gente tóxica lo hace como estilo de vida. Los maltratadores manifiestan un gran aire de superioridad (perversos narcisistas en el polo), por eso tenemos que estar lo más lejos de sus tentáculos.

En verdad, en la mayoría de los casos, las situaciones de maltrato son difíciles de controlar. Hay personas cuya sensibilidad al maltrato es selectiva, les puede afectar lo que diga su familia y no la vehemencia del jefe. Del mismo modo una persona puede manifestar Asertividad en unas áreas y en otras no, dependiendo de su sensibilidad y vulnerabilidad.

Entendemos como "asertiva" a la persona que logra poner en palabras el enojo. Es decir, que puede transformar una emoción en palabras sin agresividad ni pasividad. No siempre es fácil, pero, en la familia es fundamental enseñar estas habilidades y lograr (muy difícil) que si hay algún miembro que muestra "hostilidad" se le ofrezca ayuda y se le maneje con Asertividad.

Si una persona nos grita, nos golpea o nos hace sentir culpables lo detecta porque ésa es una de sus mayores habilidades para ejercer su poder. La reacción habitual es la pasividad, el llanto y la culpa.
Tanto si estás triste como enojado son señales de triunfo.

Tratar de ganarle el pulso al maltratador es perder el tiempo. Juegan a no aprobarte, a no valorarte como esperas. Por ese motivo te descalifica todo el tiempo, para que trates de hacer todo lo posible por ganar su aprobación.

El maltratador no solo quiere sentir que tiene dominio, control o poder sobre ti y sobre tu vida, sino que espiritualmente quiere robar tu herencia, tus sueños, el propósito por el cual naciste.
Articulado entre la obra "No me maltrates", de Bernardo Stamateas y Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza.


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