La regulación anómica no está en función del otro, porque la perspectiva egocentrada impide ver el punto de vista del otro, lo que supone una incapacidad para la empatía, pero, al mismo tiempo, permite el acceso directo al mundo interior genuino: qué me gusta, qué siento, qué deseo...
Castilla del Pino nos habla en estos términos:
"Se entra en una etapa coactiva en la que todo hacer del niño tiende a ser controlado. La etapa coactiva está caracterizada por la conversión de la dependencia oral en otro tipo de dependencia, que ya ha de obtenerse por la sumisión. Lo que se controla no es solo lo que se hace, sino el modo cómo se hace. En una palabra, se le induce la normatividad".
"Se entra en una etapa coactiva en la que todo hacer del niño tiende a ser controlado. La etapa coactiva está caracterizada por la conversión de la dependencia oral en otro tipo de dependencia, que ya ha de obtenerse por la sumisión. Lo que se controla no es solo lo que se hace, sino el modo cómo se hace. En una palabra, se le induce la normatividad".
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