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Paz y Ciencia
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domingo, 16 de julio de 2023

RECOMENDACIÓN

 


Reseña del libro "Psicología de las Masas y Análisis del yo"

Psicología de las masas y análisis del yo es uno de los ensayos más influyentes de Sigmund Freud. Publicado en 1921 explica la psicología de las masas a partir de los cambios en la psicología de la mente individual. Resulta ser un avance en la investigación sobre la anatomía estructural de la psique, introducida en Más allá del principio de placer y desarrollada en El yo y el ello.Insatisfecho con la ... Ver más Ocultar Psicología de las masas y análisis del yo es uno de los ensayos más influyentes de Sigmund Freud. Publicado en 1921 explica la psicología de las masas a partir de los cambios en la psicología de la mente individual. Resulta ser un avance en la investigación sobre la anatomía estructural de la psique, introducida en Más allá del principio de placer y desarrollada en El yo y el ello.Insatisfecho con la noción de «pulsión gregaria», Freud parte de la descripción de las masas hecha por Le Bon para poner de manifiesto el papel esencial del «líder». El lazo que une a cada individuo de la masa con el conductor tiene la naturaleza de una relación amorosa, por la vía de una identificación que vincula también entre sí a todos los miembros de la masa. Su fuente está en la situación de la horda primordial, organizada en torno del padre a la vez temido y venerado por cada uno de los hijos. El análisis de la psicología de las masas permitió a Freud avanzar aún más en el conocimiento de la estructura del yo, dando un lugar central a la instancia que llegará a ser el superyó. Psicología de las masas y análisis del yo es uno de los ensayos más influyentes de Sigmund Freud. Publicado en 1921 explica la psicología de las masas a partir de los cambios en la psicología de la mente individual. Resulta ser un avance en la investigación sobre la anatomía estructural de la psique, introducida en Más allá del principio de placer y desarrollada en El yo y el ello.Insatisfecho con la noción de «pulsión gregaria», Freud parte de la descripción de las masas hecha por Le Bon para poner de manifiesto el papel esencial del «líder». El lazo que une a cada individuo de la masa con el conductor tiene la naturaleza de una relación amorosa, por la vía de una identificación que vincula también entre sí a todos los miembros de la masa. Su fuente está en la situación de la horda primordial, organizada en torno del padre a la vez temido y venerado por cada uno de los hijos. El análisis de la psicología de las masas permitió a Freud avanzar aún más en el conocimiento de la estructura del yo, dando un lugar central a la instancia que llegará a ser el superyó.

jueves, 4 de agosto de 2022

ᴍᴀʀx ʏ ꜰʀᴇᴜᴅ. ʀᴇꜰᴇʀᴇɴᴄɪᴀꜱ ʀᴇꜰɪɴᴀᴅᴀꜱ

 

@psicoletrazaragoza

www.rcordobasanz.es

🌹ᴍᴀʀx ʏ ꜰʀᴇᴜᴅ. ʀᴇꜰᴇʀᴇɴᴄɪᴀꜱ ʀᴇꜰɪɴᴀᴅᴀꜱ🌹

“Si hay algo seguro, es que yo no soy marxista”. Me encanta que Karl Marx haya dicho eso. Me encanta que fuera autodidacta. Me encanta la poesía del Manifiesto Comunista. Me encanta que fuera un visionario, un profeta de lo que hoy llamamos globalización. Me encanta que entendiera que no existe esfera alguna en nuestra vida, sea pública o privada, que no esté afectada por el capital y que no haya en él transigencia alguna. Marx es el gran pensador de nuestro tiempo, pero en los últimos años he cambiado de opinión respecto de si es el más importante.

Si quiero leer la obra de alguien que realmente explique lo que está sucediendo ahora, alguien que sea inquietante y realmente radical, recurro a Sigmund Freud. En su obra encuentro explicaciones a cosas que preferiría no saber pero que reconozco a mi alrededor. No he abandonado a Karl, pero Sigmund me parece el hombre del momento, el pensador que ha dado en el clavo sobre cómo nos vemos a nosotros mismos. Uno no lee a Freud para encontrar consuelo, pero si lo que buscas es algo profundo e impactante, es el mejor.

Leer a Freud es comenzar a entender cómo se gestó la concepción de qué es ser una persona moderna. La modernidad, si es que significa algo, supone cierta comprensión del proceso por el que nos convertimos en las personas que somos: con la auto-reflexión. Para Marx, la reflexión lleva inevitablemente a relaciones de clase antagonistas. Pero para la izquierda, la clase trabajadora es una decepción continua por su incapacidad de reconocerse como clase, o por su incapacidad de hacer lo que se le pide. Últimamente se nos dice que esto es culpa de los medios de comunicación, la BBC y los políticos de centro, pero en realidad es un fenómeno global. Freud comprendía que el deseo de responder a una autoridad es parte del ser humano.

Él veía a la racionalidad como una fachada. Debajo de ella, somos una masa de impulsos y contradicciones. Somos inescrutables para nosotros mismos, incluso insumisos. Desde luego que Freud tiene sus defectos; un oportunista intentando mantener una familia numerosa en Viena a fin del siglo XIX, inventando una ciencia basada en conversaciones entre hombres sobre las vidas de las mujeres. Pero mirad lo que nos ha enseñado: narcisismo, represión, nostalgia. Cómo pasan desapercibidas las normas patriarcales [...]










sábado, 30 de julio de 2022

VITALISMO

 


Todo lo que es profundo ama la máscara. Friedrich Nietzsche.

@psicoletrazaragoza




Nietzsche

(1844 – 1900)

 

Vitalismo

Se llama vitalista a toda teoría filosófica para la que la vida es irreductible a cualquier categoría extraña a ella misma.

      Este término es poco preciso pues con él nos referimos a teorías filosóficas muy distintas, con el único elemento común de reivindicar la vida como una realidad singular que no puede ser entendida en términos ajenos a ella. Aunque algunos autores señalan la presencia de teorías vitalistas anteriores al siglo XIX, es más común situar estas doctrinas en la segunda mitad de ese siglo y primeras décadas del XX. Centrándonos en este período, podemos establecer dos grandes líneas del vitalismo:

1. El vitalismo en la ciencia con el triunfo de las ciencias naturales, a partir de la Edad Moderna, muchos autores consideraron que los fenómenos vitales podían ser explicados en términos materiales; el punto de vista mecanicista dominante sugería que podemos entender a los seres vivos a partir de la comprensión de los fenómenos fisico-químicos y que la vida no representa un nivel de realidad cualitativamente distinto de la realidad inorgánica. Frente a este punto de vista, algunos biólogos creyeron que existe una diferencia esencial entre los seres orgánicos y los no orgánicos y que los primeros no pueden ser reducidos a los segundos. Estos científicos postularon la existencia de un principio propio en los seres vivos, principio responsable de su comportamiento finalista y de las distintas actividades vitales, por lo que consideraron que los fenómenos vitales no pueden explicarse mediante las leyes de la física y la química. Este principio irreductible a términos mecánicos y fisico-químicos recibió distintos nombres: “fuerza vital” (Claude Bernard, 1813-1878), “fuerza dominante” (Johannes Reinke, 1849-1931), “entelequia” (Hans Driesch, 1867- 1941).

2) El vitalismo en la filosofía en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX encontramos importantes filósofos que desarrollan toda su filosofía a partir de la reflexión relativa a la vida. Dentro de esta línea del vitalismo se suelen distinguir también diversas corrientes en función de su concepto de vida. Es habitual señalar al menos dos formas de entender la vida: la vida en el sentido biológico y la vida en el sentido biográfico e histórico:

  • la vida en el sentido biológico este concepto subraya el papel del cuerpo, los instintos, lo irracional, la naturaleza, la fuerza y la lucha por la subsistencia. El vitalismo de Nietzsche se incluye en este grupo;

  • la vida en el sentido biográfico e histórico pero también podemos referirnos a la vida como conjunto de experiencias humanas dadas en el tiempo, tanto en su dimensión personal o biográfico como en su dimensión social o histórica. La filosofía de Ortega y Gasset se incluye en este grupo. Ortega utilizará las categorías de la vida entendida de este modo (vivencia, teoría de las generaciones, perspectiva) para el desarrollo de su filosofía.

 

viernes, 18 de febrero de 2022

PIERA AULAGNIER


El 31 de marzo se cumplieron 30 años de la muerte de la psiquiatra y psicoanalista italiana Piera Aulagnier (Milán, 1923- Suresnes-Francia- 1990). ¿No es asombroso que algunas ideas puedan ser consideradas obsoletas? ¿Acaso las teorías tienen fecha de vencimiento? ¿Qué determina que se mantengan vigentes? Aulagnier sigue vigente y sus ideas no pueden ser consideradas obsoletas. Es una referencia ineludible en el campo psicoanalítico. Ella retoma “cuestiones fundamentales” del psicoanálisis: la psicosis, el “yo”, lo pulsional, la realidad, el pensamiento, el proyecto terapéutico, la pasión y la alienación. En sus primeros trabajos, las referencias mayores aún son lacanianas: el deseo del otro, la castración simbólica, el Nombre del Padre, la primacía del significante. Progresivamente, emergen sus propios conceptos: “violencia primaria” y “violencia secundaria”, “sombra hablada”, “portavoz”, “proceso originario”, “pictograma”, “proyecto identificatorio”, “enunciados identificatorios”, “contrato narcisista”, “’Yo’ historiador”, entre tantos otros.

Piera Aulagnier optó. Leyó a Sigmund Freud, a los posfreudianos y, por supuesto a Jacques Lacan, con quien se analizó entre 1955 y 1961. Porque Freud no basta: estuvo con Lacan. Porque Lacan subyuga: buscó y encontró la libertad. Aulagnier habló de un “pequeño trozo de inmortalidad” que es la prolongación del proyecto identificatorio. El “yo” “quiere creer que algo de sí mismo permanecerá”. Ello lo obliga a prever un juicio que solo será formulable después de su muerte: dependerá de sus lectores actuales la respuesta a ese interrogante. Aulagnier habló de un “pequeño trozo de inmortalidad” que es la prolongación del proyecto identificatorio. El Yo está dispuesto a morir “pero quiere creer que algo de sí mismo permanecerá”. Ello lo obliga a prever un juicio que solo será formulable después de su muerte: “Una vez escrita la última línea, no solamente el libro ya no es modificable, sino –y esto es más importante– el autor ya no tiene la posibilidad de gravitar sobre el juicio, sobre la interpretación de sus eventuales lectores. Podemos continuar esta metáfora y decir que el Yo como autor del libro de su vida no solamente querría tener la seguridad de que lo van a leer, sino que querría prever y conocer lo que pensarán de él sus lectores póstumos” (Aulagnier, 1977).

En 1969, junto con Jean-Paul Valabrega y François Perrier, crearon la Organización Psiconálitica de la Lengua Francesa. También fue miembro fundadora de la revista Tropique y es considerada una de las figuras más importantes e influyentes de su época dentro del psiconálisis, junto con Jean LaplancheJean-Bertrand Pontalis y André Green. Entre 1968 y 1984 estuvo casada con Cornelius Castoriadis.

Para ilustrar su pensamiento traigo aquí un fragmento de un diálogo que mantuvimos en Buenos Aires en el año 1986.

Luis Hornstein: –Usted teoriza sobre el principio de permanencia y el de cambio en el proceso identificatorio¿qué es lo que permanece y qué es lo que cambia en su investigación?

Piera Aulagnier: –Lo que persiste es concebir la teoría analítica como la que esclarece las condiciones para que el yo y la actividad de pensamiento sea posible.El yo no puede advenir más que siendo su propio biógrafo. Esta historia exigirá periódicamente la inversión de sus parágrafos, hará necesaria la desaparición de algunos y la invención de otros para arribar a una versión que debe permanecer abierta. Es sólo porque es modificable que el sujeto puede asegurarse su propia permanencia y aceptar los inevitables cambios psíquicos y físicos. Por eso –para responder a su pregunta- lo que perdura es el privilegio que le otorgo a la problemática identificatoria.

LH: –Luego de haber renunciado a convertir el análisis en una ortopedia del yo, se visualiza en muchos analistas franceses una preocupación creciente por temas vinculados a la instancia yoica, al pensamiento y al narcisismo. Laplanche, en 1970, decía que es preciso construir una teoría analítica del yo; también Pontalís escribió en 1975 que los analistas franceses se estaban enfrentando al retorno de lo represor. Actualmente, tanto usted como otros (Anzieu, Mc. Dougall, Green)

jueves, 3 de febrero de 2022

Lou Andreas Salomé

 



Lou Andreas-Salomé.  (San Petersburgo, Rusia ,12 de febrero de 1861- Alemania, 5 de febrero de 1937). Escritora,  psicoanalista y pensadora rusa.

 
Famosa por su independencia y libertad. Fue  compañera y guía intelectual de artistas y escritores/as de finales del siglo XIX.

Ávida de saber, Lou busca  una educación más allá de la típica para una mujer de  esa época. A los diecisiete años, consigue que el predicador alemán Hendrik Gillot, veinticinco años mayor que ella, le enseñe teología, filosofía, religión y literatura francesa y alemana.

Más tarde viajará con su madre a Zúrich para  ingresar en la universidad donde fue una de las primeras estudiantes mujeres. Allí estudió filosofía, historia del arte y religión comparada.

Un personaje relevante en la vida de Lou será la figura del feminismo alemán Malwida Von Meysenbug, gran amiga de Wagner, a través de la cual conoce a Paul Rée y a Nietzche.

También se relacionó con  el periodista alemán Georg Lebedour, el poeta austro-húngaro Rainer Maria Rilke,  los psicoanalistas Sigmund Freud y Viktor Tausk, el dramaturgo alemán Frank Wedekind,  el medico y analista Poul Bjerre y
 Adler .

A pesar de su oposición al matrimonio y de sus relaciones abiertas con muchos otros hombres, Salomé tuvo un matrimonio célibe con el profesor de lingüística Carl Friedrich Andreas, con quien  permaneció casada desde 1887 hasta la muerte de Andreas en 1930. 

Salomé fue una escritora prolífica, escribió obras y ensayos,   varias novelas, escribió también  sobre crítica literaria, filosofía y psicoanálisis. En todos sus escritos existe una reflexión vital que gira sobre ella misma, sobre el estatus de la mujer, sobre la psicología del ser humano, sobre las costumbres y sobre la gente que conoció. Entre sus  obras están: “En la lucha por Dios” (bajo el pseudónimo de Henry Lou) . “Nietzche” (1894) .“De un alma extraña”, 1896.“Fenitschka. Una divagación” (1898).“Zona cerpuscular”, 1902.“El erotísmo”, 1910.“La hora sin Dios”, 1922.“Rainer Maria Rilke, 1928. “Mi agradecimiento a Freud”, 1931.” Mirada retrospectiva”. “Rainer Maria Rilke-Lou Andreas-Salomé; Correspondencia”.“Aprendiendo con Freud”.Fue también una creativa feminista. Por su indiferencia ante las convenciones morales y su curiosidad insaciable, Andreas-Salomé representó un desafío para la sociedad de la época. Freud más tarde diría de ella que era: “una mujer de peligrosa inteligencia”.

En la imagen Lou Andreas-Salomé parodia a Nietzche representando la frase ¿Vas con hombres? No olvides el látigo.( Nietzche solía repetir la frase de su ama de llaves : “¿Vas con mujeres? No olvides el látigo”). 
Lou  tuvo tantas proposiciones amorosas que llego a exclamar: ¿Qué les pasa a los hombres? ¿Son incapaces de sentir amistad hacia una mujer, sólo saben ser amantes o esposos?” .

Ella fue siempre una mujer libre e independiente: “El mundo no ha de ayudarte, ¡créeme! Si quieres una vida, ¡róbala!”. Llegó a decir: “Vamos a ver si no resulta que la mayoría de las llamadas barreras insuperables que el mundo traza vienen a ser inofensivas rayas de tiza!». Para ella  todas las barreras siempre fueron inofensivas rayas de tiza.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Amor y Renuncia

 




El amor no es sin renuncia

La elección de amor exige renunciar a ciertos deseos y formas de vivir, implica que el yo que existía antes de formar la pareja se transforme. Freud decía: «Allí donde el amor despierta, muere el yo, déspota, sombrío» (Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia, 1910)

Para elegir una pareja es preciso renunciar a diferentes cuestiones y también es preciso aceptar que el otro no nos completa, que al otro también le falta y que no se comporta igual a nosotros. Y esta aceptación del otro lleva trabajo y es lo que genera el problema del amor. Lacan lo explicaba de una manera simple: «no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno no es lo que está escondido, en el otro. Ahí está todo el problema del amor» (Seminario VIII).

El profesor Renato Dias Martino escribe en su perfil de Instagram: «El real casamiento es constituido y mantenido esencialmente por las renuncias. Aquel que no se siente preparado para despegarse de los deseos, difícilmente será exitoso en una unión efectiva saludable y el real casamiento difícilmente ocurrirá. Eso se torna una tarea difícil cuando tenemos en cuenta que vivimos en una configuración social donde la competitividad es una regla y la disputa parece ser condición de sobrevivencia. Somos educados para competir, no para cooperar» (El texto original es en portugués, la traducción es nuestra).

«El que ama sufre, el que no ama enferma» (Freud)

Freud sostenía en «Introducción al narcisismo» que es necesario amar para no caer enfermo.

Sin embargo, las vicisitudes del amor generan sufrimiento, el amar, el no ser correspondido, el no saber cómo va a actuar el otro, la decepción amorosa, entre otras cosas.

En estado de enamoramiento sin duda somos más vulnerables, idealizamos la persona que tenemos al lado y le atribuimos todo tipo de virtudes, además de sostenerse en la ilusión de ser uno con el otro, cuestión que Lacan se encargó de deslegitimar remarcando la no complementariedad entre 

El amor: renuncia y valentía

¿Qué es el amor? desde Freud, Lacan, y otros autores psicoanalíticos.

El amor no es sin renuncia

La elección de amor exige renunciar a ciertos deseos y formas de vivir, implica que el yo que existía antes de formar la pareja se transforme. Freud decía: «Allí donde el amor despierta, muere el yo, déspota, sombrío» (Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia, 1910)

Para elegir una pareja es preciso renunciar a diferentes cuestiones y también es preciso aceptar que el otro no nos completa, que al otro también le falta y que no se comporta igual a nosotros. Y esta aceptación del otro lleva trabajo y es lo que genera el problema del amor. Lacan lo explicaba de una manera simple: «no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno no es lo que está escondido, en el otro. Ahí está todo el problema del amor» (Seminario VIII).

El profesor Renato Dias Martino escribe en su perfil de Instagram: «El real casamiento es constituido y mantenido esencialmente por las renuncias. Aquel que no se siente preparado para despegarse de los deseos, difícilmente será exitoso en una unión efectiva saludable y el real casamiento difícilmente ocurrirá. Eso se torna una tarea difícil cuando tenemos en cuenta que vivimos en una configuración social donde la competitividad es una regla y la disputa parece ser condición de sobrevivencia. Somos educados para competir, no para cooperar» (El texto original es en portugués, la traducción es nuestra).

«El que ama sufre, el que no ama enferma» (Freud)

Freud sostenía en «Introducción al narcisismo» que es necesario amar para no caer enfermo.

Sin embargo, las vicisitudes del amor generan sufrimiento, el amar, el no ser correspondido, el no saber cómo va a actuar el otro, la decepción amorosa, entre otras cosas.

En estado de enamoramiento sin duda somos más vulnerables, idealizamos la persona que tenemos al lado y le atribuimos todo tipo de virtudes, además de sostenerse en la ilusión de ser uno con el otro, cuestión que Lacan se encargó de deslegitimar remarcando la no complementariedad entre los sexos. 

De un modo similar, Freud indica: «jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado” (El malestar en la cultura).

¿Pero por qué amar entonces? Porque el amor alimenta el deseo y además porque, según Freud, «una de las formas en que el amor se manifiesta (el sexual) nos proporciona la experiencia placentera más poderosa y subyugante, estableciendo así el prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad» (El malestar en la cultura).

En relación a lo que venimos detallando, les compartimos un texto que hace poco traducimos de la psicoanalista Ana Suy con respecto al amor:

«En la mejor de las hipótesis, la persona que amamos nos frustra, nos defrauda, nos decepciona.
En la mejor de las hipótesis, la gente se engaña con la persona amada y descubre, en algún punto, que invento mucho sobre ella en algún lugar creativo de sí.
En la mejor de las hipótesis, los hijos caen, se deslizan del pedestal, hacen fracasar (al menos) algún ideal de los padres.
En la mejor de las hipótesis, los hijos desilusionan a los padres, dejando que ellos se vean con sus propias frustraciones, dejando de lado el sueño de restablecer el narcisismo perdido de los padres a costa de la propia vida.
En la mejor de las hipótesis, los padres decepcionan a los hijos, causan algun tipo de odio en ellos, les dejan faltar algo.
En la mejor de las hipótesis, los padres sustentan que faltó algo, si, y que va a continuar faltando, y soportan que el hijo vaya a buscar sus cosas con sus propias piernas y caminos, que hay muchas cosas que no se encuentran dentro de casa.
En la mejor de las hipótesis, en el amor, algo falla, falta, cae, frustra – para que otra cosa pueda aparecer, para que alguien mas allá del ideal pueda advenir – porque la vida es viva y sorprende» (Texto original en portugués, en el perfil de Instagram de la autora: @Ana_suy. La traducción es nuestra).

El amor es valentía ante fatal destino

el amor segun el psicoanalisis

Este enunciado que aparece como título, es una frase de Lacan que nos indica que en el amor no hay garantía de nada, uno debe arriesgarse, jugársela, teniendo en cuenta incluso el fatal destino al que nos estamos exponiendo. (el amor sólo puede realizar lo que llamé, usando de cierta poesía para que me entendieran, valentía ante fatal destino).

Enamorarse de alguien o no tiene que ver con encontrar en esa persona alguna marca que permita al sujeto identificar las marcas de su propio inconsciente. Por su parte, Miller explica que  amamos a la persona que protege a una imagen narcisista de uno mismo o representa dicha imagen. Para este autor el amor se dirige a aquel que, pensamos, conoce nuestra verdad y nos ayuda a encontrarla soportable.

El enamoramiento mutuo, como señala Lacan, se sostiene en el encuentro entre dos saberes inconscientes. Es por eso que Lacan considera fatal destino, en el sentido de que estamos sujetos a las elecciones inconscientes, y no sabemos a donde pueden conducirnos.

El amor es aceptar la propia falta, que es estructural y que es lo que permite que exista el deseo, y aceptar también que al otro le falta.

«Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias» (Jacques Alain Miller).

En una relación cada uno hablará su idioma, el idioma del fantasma de cada uno de los involucrados en la pareja, lo que implica entonces la necesidad de aceptar al otro y lograr un saber hacer con lo que falta. Miller, del mismo modo, indica: «“los enamorados están condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, buscando las claves, siempre revocables”.

Para cerrar este artículo, les compartimos una frase de Nietzsche sobre el amor: «¿Qué es el amor sino comprender y alegrarse de que otro viva, actué de y sienta de manera diferente y opuesta a la nuestra?»