PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 28 de agosto de 2012

¿Quién es raro o normal? ¿Qué es bueno o malo?

 
 
¿Quién es raro o normal?

No hay nadie raro, ni nadie normal. Decirle a una persona rara, sin embargo es doloroso para la persona. Si decimos a otra persona normal, lo dejará inadvertido. A grandes rasgos.

Más bien diría yo, que todos somos raros y normales. Los raros, son aquellas personas que han cambiado el rumbo de la humanidad, por ejemplo, sin ir más lejos, el último post era sobre Virginia Woolf, ella alentó a la mujer a escribir, luchar por una habitación propia, y fue libre dentro de sus propios límites, pero los de fuera los transgredió. Por ejemplo, con el famoso "affaire" con Vita. Sabemos que acabó en el fondo del río, suicidada. ¿Era rara? Dicen, de la misma manera estúpida que decir raro o normal que tenía un trastorno bipolar. El litio o los actuales modernos estabilizadores le hubiera ayudado, la psicoterapia le hubiera ayudado más.

Raro y normal son cuestiones que surgen y se entienden desde la Antropología, la Sociología y la Psicología.
Siempre me ha gustado la idea del "relativismo cultural". No se puede entender desde un punto de vista ajeno a una cultura o a una persona. Por ejemplo Carlos Castaneda hace más de treinta años dijo al mundo que ese indio yaqui llamado Juan le habría revelado algo que no hubiera hallado en miles de libros. Fue una VIVENCIA transformadora.
Es un libro raro para quien lo mire desde el prisma de la ciencia de laboratorio, un libro norma para quien lo mire desde la curiosidad, por ejemplo.

Raro y normal son construcciones sociales. Conceptos que evolucionan. Por ejemplo, los adolescentes utilizan ahora la palabra "freaky" de una manera muy diferente a como la puede entender o usar una persona de 40 años. Ellos viven en otro mundo, su mundo. Los papás en otro mundo, su mundo. Para entender a esas criaturas hay que conocer el mundo, y solo se puede conocer el mundo de los adolescentes hablando con ellos, teniendo curiosidad, cmpartiendo tiempo con ellos, complicidad, quizá amistad dentro de mantener el papel de mamá o papá, ser firme y elástico, es compatible.

Raro y normal es absurdo. Otro ejemplo, este verano, después de devorar los libros que me había llevado compré dos. ¡KELEDÉN! Unas pastillas "light" contra la seriedad de la vida, de forma que el verano pueda ser vivido durante todo el año. Otro fue de César Vidal, un tipo católico, apostolico, romano, columnista de un diario de derechas y monárquico, escritor de éxito. Ha hecho un apaño haciendo un libro sobre Buda. Leer ese libro es leer el budismo en dos dimensiones.
Es como si Deepak Chopra se pudiera a escribir sobre mecánica cuántica, o cualquier escritor "espiritual".

María, quien se siente raro es porque le han hecho sentirse así, le han tratado "raro". Es muy difícil explicarlo, pero por decir algo que sucede con relativa frecuencia: algunos padres piensan que su hijo es una prolongación de ellos. Le dicen al niño cómo vestirse, qué hacer, qué pensar, las horas de estudio, que tiene que triunfar, que los de letras son imbéciles, que tiene que pensar esto, lo otro. Luego el niño, de 30 o 60 años se pregunta: ¿qué es la libertad?
 
¿Qué es bueno o malo?

Nada es bueno ni malo, todo puede ser bueno o malo. Por ejemplo, los médicos nos dicen qué es bueno y malo, y en qué se convierte, en obsesión, preocupación y tensión. Tengo que comer bien, tengo que irme al gimnasio (igua llego tarde hoy), tengo que trabajar, tengo que tener pareja, tengo que casarme, tengo que irme de vacaciones, tengo que, debo de...
Esos imperativos, como los papás que confunden a la criatura consigo mismas, reflejándoles una imagen alienada, el "establishment" hace de Papá Estado.

TODO AQUELLO QUE OBRE EN CONTRA DE LA LIBERTAD NO NOS AYUDA A SENTIRNOS BIEN.
EL OBJETIVO DE LA VIDA ES SER, PARA SER HAY QUE SER Y SENTIRSE LIBRES.
SENTIRSE LIBRES Y SER LIBRES NO ES HACER LO QUE NOS DE LA GANA.

Todos sabemos las reglas de oro dela ética, compartida por todas las ideologías, filosofías y religiones: No hagas al otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti, o mejor dicho, Haz al otro lo que te gustaría que te hicieron.
Ese hacer es tratar, es una relación, es pensarle como una persona digna, aquellos que piensan que otro es menos que sí mismos, catalogan de raro. Eso es "malo" para la otra persona.
Es un buen debate María. En ello estamos, desde los neurocientíficos hasta los filósofos, los últimos llevan la delantera.
Freud fue un genio creativo pero insinuó el raro y el normal. Es "bueno" decirlo.

Cuando decimos "raro" sería mejor decir especial. Hemos ganado en tolerancia y se ha disminuído la aresividad física, pero hemos perdido mucho también. Ahora somos mucho más narcisistas, eso se relaciona de forma muy íntima con la manera de catalogar.

PD.: Un psiquiatra que te pone un diagnóstico, o un psicólogo, está estableciendo una relación de poder, no de terapi, no de cura, que no es más ni menos, que ayudar. Aunqeu tú lo pidas. Hay muchas formas de explicar quién eres o, mejor dicho, ayudarte a averiguarlo, sin hacer diagnósticos.

PD2.: Las fotografías son de una paciente que cada año se queda por la noche esperando que una flor nazca de un cactus. Gracias a ella.

Gracias a María F.


SALUD. Rodrigo Córdoba Sanz

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

Les dejo un pequeño texto que escribí al despertar de un sueño y que viene al caso con lo que se cuenta en esta entrada. Saludos!

ENSEÑANZAS ONÍRICAS
En tu mundo la gente se diferencia en “rara” y “normal”.
En el mío la gente “es”, cada cual tiene su color.
En tu mundo las cosas son fijas y nunca se ponen en duda.
En el mío todo está en continuo movimiento y cambia a cada paso.
En tu mundo la seguridad consiste en tenerlo todo controlado.
En mi mundo la seguridad consiste en la certeza de que no controlamos nada, no hay
seguro pero sí confianza.
En tu mundo existe lo que está “bien” y lo que está “mal”
En mi mundo… ¿quién lo juzga?
En tu mundo todo está etiquetado.
En el mío todos tienen todas las etiquetas. Entonces, ¿qué sentido tiene etiquetar?
En tu mundo hay competencia por posesiones y posiciones.
En el mío se tiene lo que no se posee y simplemente se es.
… Así podríamos seguir pero, ¿qué sentido tiene?
¿Cuál es tu mundo? ¿Cuál es el mío?
¿Acaso no son los mismos?
Paradojas de la vida y deficiencias del lenguaje.
No encuentro otra manera de expresión que no sea refiriéndome al mundo como
posesión y etiquetando lo que veo.
¿Por qué no verlo desde el otro lado y darle la vuelta?
Pero esto sería como ceñirnos a lo que está “bien” y lo que está “mal”.
Pero, ¿Quién está juzgando esto? El lector.
Entonces, ¿cuál es el mundo del lector?
Así estaremos caminando en círculos.
¡Traspasemos el umbral, veamos el global, veamos el mundo desde afuera y desde
adentro a la vez!
¡Salgamos de la mente y sus juegos!
¡Metámonos en la espiral infinita que nos lleva al centro de nuestro ser y de la
existencia!
¡FLUYAMOS!