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Paz y Ciencia

miércoles, 29 de agosto de 2012

El Apego a las posesiones-Huída de sí mismo

 
 
 
No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes. Presta atención a todos los momentos porque la oportunidad, el "instante mágico", está a nuestro alcance. Paulo Coelho
 
Cuando descubres tu naturaleza esencial y sabes quién eres verdaderamente, en ese conocimiento se encuentra la capacidad de realizar cualquier sueño que puedas tener, pues tú eres la eterna responsabilidad. Deepak Chopra
 
Las posesiones jamás deberían encabezar nuestras prioridades. Solo así sabremos elegir entre el bien supremo y lo intrascendente. Jorge Bucay

Aprender a vivir con menos, esa lección de vida que escuchamos en boca de todos los maestros espirituales, vuelve hoy a nosotros, pero esta vez de la mano de los economistas, los ministros de Hacienda o los jefes de gobierno. El objetivo ya no es la libertad de aquel que no depende de sus posesiones, sino el desafío de la supervivencia. Y, a pesar de algunos mezquinos intereses -seguramente presentes-, paradójicamente el mensaje sigue siendo el mismo: detener nuestra desafortunada adicción a lo material y aprender a desprendernos de tanta cosa innecesaria.

El valor del desprendimiento ha sido ensalzado por casi todas las doctrinas religiosas y por la mayoría de los maestros espirituales, como llave y pasaporte a la hegemonía de lo mejor de cada uno.
De San Francisco de Asís a Buda, son varias las vidas desapegadas que han sido tomadas como modelos a imitar, aunque su renombre se intrincara con parámetros culturales que nos encaminan hacia la dirección opuesta. Resulta algo difícil, en la actualidad, precisar qué significa exactamente ese concepto que llamamos "desapego".

Querer llenar un vacio interior con posesiones y metas marcadas pos quienes nos rodean puede llevarnos a perder el rumbo definitivamente

¿Qué significa el desapego? ¿Debo entregar todos mis bienes a los que no tiene nada? ¿Debo renunciar a mis posesiones? ¿Debería vivir como un mendigo? ¿Sería deseable que la gente prendiera fuego a sus ropas, sus muebles y sus automóviles?
No parecen ser propuestas demasiado sensatas ni posibles.
Desde niños, hemos aprendido a valorar nuestos útiles, nuestra ropa y nuestras cosas. Nos han enseñado a conservar, a cuidar, a no destruir, y a hacer lo posible para tener más y más. Sería tan difícil cuestionar esa pauta... Y, sin embargo, quizás haya algo que sí podamos hacen podemos agregar dos matices que, sin violar la esencia de lo cultural, nos permitan explorar la capacidad de desprendernos de algo de lo que tenemos. Me refiero al aprendizaje del sentido de compartir y al descubrimiento del sinsentido de acumular.

Sentencía bíblica: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos.

Cada persona merece una historia única, como bien dice Hugh Prather, autor de Palabras a mí mismo, pero es necesario destacar que las posesiones jamás deberíasn encabezar nuestra lista de prioridades. Solo así sabremos elegir entre los bienes intrascendentes y el bien supremo. Entre la seguridad de una cuetna bancaria y la serenidad del amor de otros. Entre el aplauso espurio de la mayoría y el camino de los ideales más íntimos y profundos.
Un extracto de este poema que circula desde hace años por Internet, atribuido a veces al maestro budista Rimponché, nos alerta del peligro de querer llenar un vacío interior con posesiones y metas más que publicitadas, perdiendo el rumbo, a veces, definitivamente. Jorge Bucay.

Hoy tenemos casas más grandes
y familias más pequeñas.
Más relojes, pero menos tiempo.
Más conocimientos, pero menos
sentido común.
Más expertos, pero no menos problemas.
 
Gastamos demasiado, reímos pocos.
No echamos de menos pero nos
enfadamos de más.
Hablamos demasiado,
y escuchamos muy poco.
Compramos más, pero lo disfrutamos menos.
 
Hemos aprendido a prolongar la vida,
pero no a vivirla realmente.
Hemos conquistado el espacio exterior,
pero no nuestro interior.
Hemos desintegrado el átomo,
pero no nuestros prejuicios.
Hemos aprendido a correr, pero no a esperar.
 
Es tiempo de comidas rápidas
y digestiones lentas.
De ingresos más altos, pero moral más baja.
De más entretenimiento...
pero menos diversión.
Porque de todo tenemos más,
Y de casi nada hemos conseguido lo mejor
 
 


http://youtu.be/SilVP7ofO_Y Alejandro Jodorowsky -El Ego es la Mayor Mentira- En el programa La Belleza de Pensar
http://youtu.be/vxBZv9HyUAU Alejandro Jodorowsky -Optimismo-

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