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Paz y Ciencia

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Winnicott: La consulta terapéutica y el niño



En La consulta terapéutica y el niño puede enunciarse como sigue:

"Si se le ofrece la posibilidad de manera adecuada y profesional, luego, dentro del limitado marco del contacto con el médico durante la consulta, el 'cliente' revelará (al principio con dudas) su problema del momento, su conflicto afectivo o,  más aún, el esquema de aquello que lo mantiene en tensión en ése período de su vida".

Esto supone un clima de intimidad apropiada para hacer evolucionar la historia del niño hacia una comunicación significativa. Nos equivocaríamos al creer en una ingenuidad de una aproximación que, en realidad, requiere del terapeuta una sólida teoría del desarrollo afectivo y de las relaciones del lactante con los factores del entorno primario. Pero Winnicott se muestra particularmente discreto en el uso que hace su saber durante el hit et nunc de la consulta. En este tipo de entrevistas, la interpretación no cumple un papel esencial. 

"Una interpretación dogmática deja al niño una sola alternativa: una aceptación de lo que yo he dicho, a modo de propaganda, o un rechazo a la interpretación, a mí mismo y a toda la estructura, simultáneamente".

Al contrario, dejarlo hacer su parte del camino lo conduce, a descubrir solo lo que lleva en sí mismo: allí reside realmente la esencia misma de la terapia, en el autodescubrimiento, inseparable del efecto de sorpresa en el que se manifiesta la verdad. "Bruscamente, se produjo algo inesperado que aclaró todo eso", señala Winnicott en una observación.

Claude Geets: Donald Winnicott
Rodrigo Córdoba: "winnicotteando la terapia".

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