Déjate caer
He cometido el error de no amarme muchas veces. De llevar la cabeza por delante del cuerpo. Los objetivos por delante del instinto. De ver la vida desde lejos, como anestesiado. Enganchado a la mente y sus pensamientos, olvidándome de mis sentidos. Esos que nos ayudan a ser más sensibles en la vida. Ya no la sentía.
En algún momento no sé ni cómo, de modo inconsciente desconecté.
Pudo ser una vivencia de la niñez o algo que se reveló dentro de mí.
Cuando eres una criatura duele el abandono, duele desear, pedir y no encontrar. Y así crecemos construyendo capas aislantes.
Hasta que un día descubres que has crecido tanto que ya puedes reconocerte. Que puedes dejarte caer. Que el suelo siempre ha estado ahí y que espontáneamente o vapuleado por tu fuerza interior, te deshaces de esas capas, de esa armadura fría y rígida. Descubres que estás enraizado y recuperas el sentido de que la vulnerabilidad te hará más fuerte, poderoso y sensible para paladear todo aquello que la máscara te impedía ver.
Quizás encuentres, también, reencuentres viejos dolores que te estaban aguardando en tu cuerpo y puedas hacer las paces con ellos y con tu alma hasta que seas más receptivo.
Confía, puedes sentirlos ahora. Ya sí. Y esto supone un nuevo comienzo con sólidos argumentos para vivir y dejarte llevar, siendo libre, escucha lo que viene.
En algún momento no sé ni cómo, de modo inconsciente desconecté.
Pudo ser una vivencia de la niñez o algo que se reveló dentro de mí.
Cuando eres una criatura duele el abandono, duele desear, pedir y no encontrar. Y así crecemos construyendo capas aislantes.
Hasta que un día descubres que has crecido tanto que ya puedes reconocerte. Que puedes dejarte caer. Que el suelo siempre ha estado ahí y que espontáneamente o vapuleado por tu fuerza interior, te deshaces de esas capas, de esa armadura fría y rígida. Descubres que estás enraizado y recuperas el sentido de que la vulnerabilidad te hará más fuerte, poderoso y sensible para paladear todo aquello que la máscara te impedía ver.
Quizás encuentres, también, reencuentres viejos dolores que te estaban aguardando en tu cuerpo y puedas hacer las paces con ellos y con tu alma hasta que seas más receptivo.
Confía, puedes sentirlos ahora. Ya sí. Y esto supone un nuevo comienzo con sólidos argumentos para vivir y dejarte llevar, siendo libre, escucha lo que viene.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Terapeuta.
Descubrirte vulnerable te hará más sensible y poderoso.
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