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Paz y Ciencia

sábado, 7 de diciembre de 2013

Esperanza


Con esta idea princeps podemos construir un mundo mejor. Si cada día, todos nosotros nos proponemos ayudar a alguien a que recupere las ganas de vivir, a divertirse, a salir de la cama, a comer, a darle oportunidad de estudiar, en definitiva a darle una oportunidad de ser y poder dar sentido a su existencia, un significado a su vida.
Mi trabajo me facilita esto y es muy gratificante. En mi trabajo no doy, generalmente, pautas conductuales. Porque si yo indico a la persona qué debe hacer le estoy robando su libertad y eso es lo más valioso que tiene.
En verdad, cuando muchas de estas personas desnortadas acuden a la consulta están desnortadas. Lo fácil sería darles pautas tangibles que luego puedan compartir con amigos y familiares. Sin embargo, la situación es distinta. Se trata de un análisis centrado en el vínculo. En concreto un psicoanálisis humanista. Con lo cual hay una aceptación incondicional, calidez y empatía. Cada terapeuta se centra en realizar su trabajo en consonancia con su personalidad. Si me preguntan qué terapia haces, no puedo contestar con precisión porque depende de la persona, del momento, de la patología y otras variables. Amar es la forma de "terapia" que más llega al otro y más sanadora resulta, la interpretación y otras técnicas las dejaría en un segundo plano.
Rodrigo Córdoba Sanz

1 comentario:

Silvia Parque dijo...

Cuánta razón... pero qué tentador es dar al otro pautas conductuales, cuando parece que en ello le va la vida, y pues... sin vida, cómo podría, luego, recuperar la ilusión y asumir o ejercer esa libertad...