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Paz y Ciencia

viernes, 20 de diciembre de 2013

Rousseau



 Filósofo francés, teórico político y social, músico, botánico y uno de los escritores más elocuentes del siglo de las Luces. Rousseau, que nació en Ginebra el 18 de junio de 1712, fue educado por un tío y una tía tras la muerte de su madre pocos días después de su nacimiento. Fue empleado como aprendiz de grabador a los 13 años, pero después de tres años lo abandonó para convertirse en secretario y acompañante asiduo de madame Louise de Warens, una mujer rica y generosa que tuvo una profunda influencia en la vida y escritos de Rousseau. En 1742 Rousseau se trasladó a París donde se ganó la vida como profesor y copista de música, y secretario político. Llegó a ser amigo íntimo del filósofo francés Denis Diderot, quien le encargó escribir artículos sobre música para la Enciclopedia francesa.

En 1750 Rousseau ganó el premio de la Academia de Dijon por su Discurso sobre las ciencias y las artes (1750), y en 1752 su ópera El sabio del pueblo fue interpretada por primera vez. En los anteriores, y en su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1755), expuso su opinión de que la ciencia, el arte y las instituciones sociales han corrompido a la humanidad y que el estado natural, o primitivo, es superior, en el plano moral, al estado civilizado. La retórica persuasiva de estos escritos provocaron comentarios burlones por parte del filósofo francés Voltaire, quien atacó las opiniones de Rousseau y por ello los dos filósofos fueron enemigos enconados. Rousseau abandonó París en 1756 y se retiró a Montmorency, donde escribió la novela Julia o la nueva Eloísa (1760). En su famoso tratado político El contrato social (1762) expuso sus argumentos para libertad civil y ayudó a preparar la base ideológica de la Revolución Francesa al defender la voluntad popular frente al derecho divino.

En su influyente estudio Emilio (1762) Rousseau expuso una nueva teoría de la educación, subrayando la importancia de la expresión antes que la represión para que un niño sea equilibrado y librepensador. Las opiniones poco convencionales de Rousseau le enemistaron con las autoridades francesas y suizas, le alejaron de muchos de sus amigos, y en 1762 huyó primero a Prusia y después a Inglaterra, donde fue amparado por el filósofo escocés David Hume. No obstante, pronto se enemistaron en cartas públicas y polemizaron el uno con el otro. Durante su estancia en Inglaterra preparó el manuscrito de su tratado sobre botánica publicado póstumamente La Botánica (1802). Rousseau regresó a Francia en 1768 bajo el nombre falso de Renou. En 1770 completó el manuscrito de su obra más notable, la autobiográfica Confesiones (1782), que contenía un profundo autoexamen y revelaba los intensos conflictos morales y emocionales de su vida. Murió el 2 de julio de 1778, en Ermenonville, Francia.

Aunque Rousseau hizo una gran contribución al movimiento por la libertad individual y contra el absolutismo de la Iglesia y el Estado en Europa, su concepción del Estado como la personificación de la voluntad abstracta de las personas y sus argumentos para el cumplimiento estricto de la conformidad política y religiosa, son considerados por algunos historiadores como una fuente de la ideología totalitaria. La teoría de la educación de Rousseau llevó a métodos de cuidado infantil más permisivos y de mayor orientación psicológica e influyó en el educador alemán Friedrich Fröbel, el reformador educativo suizo Johann Heinrich Pestalozzi, y otros pioneros de la educación moderna. La nueva Eloísa y Confesiones introdujeron un nuevo estilo de expresión emocional extrema, relacionado con la experiencia intensa personal y la exploración de los conflictos entre los valores morales y sensuales. En estos escritos Rousseau influyó de modo decisivo en el romanticismo en literatura y en la filosofía de principios del siglo XIX. También tuvo que ver con la evolución de la literatura psicológica, la teoría psicoanalítica y el existencialismo del siglo XX, en particular en su insistencia sobre el libre albedrío, su rechazo de la doctrina del pecado original y su defensa del aprendizaje a través de la experiencia más que por el análisis. El espíritu y las ideas de la obra de Rousseau están a medio camino entre la Ilustración del siglo XVIII, con su defensa apasionada de la razón y los derechos individuales, y el romanticismo de principios del XIX, que propugnaba la experiencia subjetiva intensa frente al pensamiento racional.

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