PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

domingo, 8 de diciembre de 2013

Lacan: Los interlocutores mudos



Pitágoras pierde el estatus divino y su voz y su voz pierde el poder mágico. Mientras los discípulos "sólo lo oían", estaban claramente dispuestos a creer sus crípticas sentencias: era como si cada una de las palabras pronunciadas detrás de la cortina, "en el santuario", fuera una palabra directamente procedente de Dios y tuviera para los acusmáticos, el estatus de una revelación divina; el mero hecho de que "lo ha dicho Pitágoras" aportaba una garantía suficiente de la verdad de las proposiciones reveladas, ininteligibles en sí mismas. Cuando los discípulos "Lo veían y oían", sin embargo, la imagen cambiaba por completo: aunque Pitágoras habla sin ofuscación y presenta las cosas tal como verdaderamente son, los discípulos no parecen dispuestos ya a creer sus palabras: tiene que darles razones...

No hay comentarios: