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Paz y Ciencia

viernes, 23 de diciembre de 2011

Un valiente y un cobarde

La diferencia entre un valiente y un cobarde no radica en que el valiente no sienta miedo y el cobarde sí; no, esa no es la diferencia. Ambos sienten miedo, en la misma medida. Entonces ¿cuál es la diferencia? La diferencia es que el valiente sigue adelante a pesar de su miedo, y al cobarde le detiene el miedo. ¡Ambos sienten miedo!
Se encontraras una persona que no sintiese miedo, ¿cómo ibas a considerarla valiente? Sería una máquina, no un hombre. Solo las máquinas están exentas de miedo; pero no se puede decir que las máquinas sean valientes. ¿Cómo vamos a considerar "valiente" a una máquina?
Ser valiente es actuar a pesar del miedo. El miedo está ahí, el temblor está ahí, pero no te detiene, no te bloquea. Lo utilizas como un trampolín y, a pesar del miedo y del temblor, entras en lo desconocido.
Ambas posibilidades, el miedo y el valor, existen en todos los seres humanos. Todo dependerá de cúal de ellas elijas. Nunca elijas el miedo , el miedo mutila, te destruye sin posibilidad de resurrección. El valor también te destruirá ; te destruirá tal como eres, pero esa destrucción será creativa, te proporcionará un renacimiento.
Tanto el miedo como el valor, destruyen; pero el miedo solo destruye. La semilla, simplemente se pudre. Cuando siembras la semilla del valor, también muere, pero no se pudre. Muere...
muere para dar lugar a un nuevo fenómeno, de ella surge un retoño.
El valor, al igual que el miedo, también te matará; pero el miedo te matará y no te proporcionará una nueva vida. El valor sí te proporcionará una nueva vida. Elige el valor; elige siempre el valor.
Es duro, pero también aventurero. Es difícil, incómodo, inconveniente, pero también proporciona grandes éxtasis. Es el precio que hay que pagar por esos éxtasis.
Fragmento del Prólogo de Osho de su libro "Miedo".

Se puede decir que con palabras sinceras y sencillas no se puede describir mejor la diferencia entre el miedo y la valentía. El miedo lleva en sus tonalidades más puras a cristalizar una parálisis que hace pétreo al ser humano, le imbuye en una espiral de malestar y no le ayuda a desarrollar habilidades para salir adelante. La valentía se debe entrenar, poco a poco, una persona miedosa no puede dar un giro copernicano a su vida a través de la valentía porque no está dentro de sus miras. Esto es lo que invita a hacer Osho a través de la meditación. Una forma de descubrimiento que hace conocer más profundamente la mismidad y vivir en armonía con el entorno entre otras cosas. La filosofía oriental resulta interesante de vez en cuando para leer nuevas formas de aproximarse a los conocimientos tan encapsulados de occidente. Quien lee y practica ejercicios de este tipo se ve bastante mejor, de hecho, algo tan sencillo como la respiración diafragmática ayuda a combatir las señales del miedo y del estrés, incluso evitando "pastillas para dormir". El ejercicio físico es lo que impera en occidente frente a la meditación y hay estudios que cotejan los antidepresivos con las prácticas deportivas con resultados muy similares, lo mejor es aunar en caso de crisis ambas facetas. Por prudencia, pero sin miedo... Un abrazo. Rodrigo Córdoba Sanz.

2 comentarios:

Silvia Parque dijo...

He ido a la RAE porque me gusta lo de la prudencia: templanza, cautela, moderación, buen juicio... qué buen regalo de navidad sería.
Saludos.

Anónimo dijo...

A veces soy tan valiente que huyo como si fuese un cobarde. Luis M. Pousa