sábado, 17 de diciembre de 2011
Sensibilidad en sesión
Aquí he hablado otras veces de la sensibilidad, una cuestión principal que está relacionada con la contratransferencia. Generalmente las personas que acuden a consulta son personas de una extraordinaria calidad humana.
La sensibilidad según nos dice la RAE es lo siguiente:
sensibilidad.
(Del lat. sensibilĭtas, -ātis).
1. f. Facultad de sentir, propia de los seres animados.
2. f. Propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos de compasión, humanidad y ternura.
3. f. Cualidad de las cosas sensibles.
4. f. Grado o medida de la eficacia de ciertos aparatos científicos, ópticos, etc.
5. f. Capacidad de respuesta a muy pequeñas excitaciones, estímulos o causas.
Es importante destacar que en consulta y fuera de ella podemos observar a personas que desarrollan corazas, por distintos motivos, personales y contextuales. Ayer un paciente me decía que le ven como una persona violenta y agresiva, sin embargo en un espacio de confianza se desenvuelve con una gran capacidad de ternura y dedicación. Las personas no son lineales, el ser humano tiene una facultad propia, los sentimientos. Eso hace al humano distinto a otros animales. Ya no es solo el desarrollo de la cultura y el lenguaje sino la facultad de sentir y la propiedad de los vínculos. Establecer un contacto con otra persona a nivel íntimo y sensible es delicado pero muy gratificante y de alta responsabilidad porque como alguien me dijo hace poco también "nos vamos a desnudar ante ti". Esto requiere equilibrio y responsabilidad, así como ser ducho en la materia en la que nos desarrollamos. Recuerdo ahora a una comentarista (Silvia), a la que le dediqué un escrito, que pensaba que los psicoterapeutas son expertos en el cariño. Creo que en según que ocasiones, el proporcionar un espacio de escucha activa, de sostén emocional y contención, sin censurar, ayudando a pensar y a asociar ideas es razón para que poco a poco se va desarrollando un espacio de complicidad que no se encuentra en otros profesionales de la salud.
Muchas personas tienen un rico mundo interno que no pueden compartir con nadie, por pudor, verguenza o no por miedo. Estas personas están con un paño en la boca, sin poder desarrollar todo su potencial, sin poder vivir todas sus posibilidades. Winnicott fue un maestro que nos enseñó a ofrecer un equilibrio entre el sostén y la interpretación de forma que esta fuera dada al paciente para que la construyera. Sintetizando, la mejor interpretación es la que realiza el paciente. No creo en las interpretaciones penetrantes e "inteligentes", dicho con la jerga de Winnicott. Creo que la mejor interpretación es la que el paciente hace.
Por ello, la sensibilidad es como el compás de la música emocional de la atmósfera terapéutica que debe ser respetada, con sus notas, sus silencios y sus variaciones. Aproximarse a otra personas a nivel profundo tiene como condición para que su tratamiento sea exitoso el no fallarle y si se comete un error hay que saber rectificar y expresarlo. Porque eso hace humano al terapeuta, lo aleja del sujeto supuesto saber y de la condición de omnipotente y omnisciente. Hay que convertirlo de un sujeto subjetivo a un sujeto objetivo.
La sensibilidad irá rasgando suavemente en momentos y en otros hilando el pensamiento del paciente. Para ello el terapeuta debe permanecer inerme ante los ataques que el paciente puede tener por frustración y transmitir afecto de manera genuina si es así como lo piensa.
Existen otros pacientes que se sienten invadidos cuando se les transmite afecto, sienten una presión ingobernable a la que no están acostumbrados, por ello cada sujeto es singular y trae una partitura distinta. La cuestión es saberla interpretar. Un saludo y buen fin de semana.
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2 comentarios:
Con respecto al cariño que se ofrece en terapia,comparto la idea de que es clave para establecer una relación de confianza y poder estabilizar las posibles inconsistencias internas de su carencia en el desarrollo, pero creo que debería integrarse en el ámbito comunitario, con talleres, grupos, etc, crear sinergias que intensifiquen ésta magnífica labor de la psicoterapia.
Escucho el "valse romantique" de Debussy; iba a la mitad cuando leo "la sensibilidad es como el compás de la música..." y ha creado un efecto muy grato.
Últimamente no creo en lo "muy-inteligente". Pero creo que algunas interpretaciones que hacen inteligibles aspectos vitales, merecen los dos minutos de brillo que se lleva un SSS...
Me gusta cómo lo explicas.
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