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Paz y Ciencia

martes, 9 de diciembre de 2014

Existencialismo



 El término existencialismo surge en 1930 y fue utilizado para referirse a un conjunto de filósofos que tenían en común el análisis de la existencia. La palabra existencia es utilizada para estudiar las situaciones más comunes en las que los seres humanos llegan a encontrarse. Tales situaciones podrían ser: la totalidad infinita, el mundo, el ser o la naturaleza.
Por lo tanto, el término existencia es ajeno a los términos de conciencia, espíritu, pensamiento, etc., estos sirven para interiorizar en el hombre, la realidad o el mundo en su totalidad. Existir significa hallarse en relación con el mundo, con las cosas o con los otros hombres.
El problema filosófico contrapone al existencialismo con todas las formas, positivas o idealistas, del romanticismo del siglo XIX; el cual afirma que en el hombre obra una fuerza infinita de la cual es sólo manifestación; pero para el existencialismo el hombre es una realidad finita, que existe y obra por su propia cuenta y riesgo.
Como movimiento filosófico el existencialismo se desarrolló en Europa, primero en Alemania y luego en Francia, como consecuencia de la crisis provocada por las dos guerras mundiales. Los existencialistas respiran una atmósfera de pesadumbre y desasosiego. Se sienten arrojados a un mundo que ya no ofrece seguridad, sino catástrofes.
Es muy importante reconocer las diversas formas que posee esta corriente filosófica, para así, distinguir las diversas posturas de sus representantes ante la existencia del hombre. En primera instancia tenemos el existencialismo pesimista, éste es representado por Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre.
Martin Heidegger (1889-1976) ha sido considerado el principal representante del existencialismo alemán. El concepto básico de Heidegger y de la mayoría de los existencialistas es el de la angustia. La angustia le revela al hombre que su verdadero ser es la nada.
“Cuando un hombre es poseído por el sentimiento de la angustia, las cosas y los demás hombres siguen existiendo, pero ya no le interesan; entonces el hombre acepta libremente la auténtica realidad de su existir, asume plenamente la realidad de que es un ser para-la-muerte. Respecto a la existencia de Dios Heidegger ni la afirma ni la niega”.
Jean-Paul Sartre (1905-1980) consideró que el estudio del hombre exige y presupone actitudes éticas. “Nuestra ética debe consistir en querer ser libres, en serlo nosotros y en querer que los demás lo sean; en obrar en todo momento para que esta libertad se realice de modo efectivo.”
Para Sartre lo importante es que, el ser humano trabaje a favor de la verdadera libertad, por un nuevo orden. “La vida es una lucha, pues el hombre se halla inmerso en el reino de la necesidad. Solamente se liberará cuando consiga sustituirlo por el reino de la libertad.” Sartre negó la idea de Dios argumentando lo siguiente: “o nos suicidamos o decidimos subsistir. Si se decide vivir, entonces hay que comprometerse.”
Las fuentes de las que surge la temática existencialista se encuentran en Kierkegaard, Nietzsche y el vitalismo así como la fenomenología de Edmund Husserl.
Es así que, la teoría existencialista, a través del análisis fenomenológico de la conciencia, abruma al hombre con una pesada carga de responsabilidad, pero también le muestra un camino individualmente creativo de hacerse a sí mismo, a pesar de lo dado y de toda circunstancia.
Ésta es una corriente filosófica que le permite al hombre optar por un nuevo enfoque ideológico, en cuanto a su condición de ser humano, llevándolo hasta el punto decuestionar su propia existencia, su razón de ser en un mundo material, donde los objetos son desplazados a un grado de importancia menor, pues el simple hecho de ser un ser racional, consciente de sí mismo, le proporciona al hombre el privilegio de escoger el rumbo que le dará a su vida.
Como ya lo mencionara Sartre, los seres humanos tienen el derecho de elegir vivir en este mundo, y al tomar esa decisión, se comprometen a tener responsabilidades, a ser individuos activos y no pasivos.
En cuanto a la idea de Dios, ha sido evidente que los defensores del existencialismo cristiano le atribuyen el principio de la existencia humana a un Ser Supremo, el cual ha creado a la humanidad con una total precisión, y todo su entendimiento se basa en ese concepto divino.
Por el contrario, los existencialistas ateos afirman que Dios no existe, y que por lo tanto, la existencia del hombre se encuentra y surge en el mundo para después definirse. “El hombre no es otra cosa que lo que él se hace”.

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