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Paz y Ciencia

sábado, 27 de diciembre de 2014

Características básicas del Trastorno Límite

  1. Gran inestabilidad emocional.  Cambios acusados en el estado de ánimo que van de la normalidad  a la depresión o a la excitación, o pasa por períodos de abatimiento y apatía en los que se intercalan episodios de ira intensa e inapropiada, y breves momentos de ansiedad y euforia.
  2. Necesidad intensa de relaciones interpersonales. Deseo de vincularse a los otros, y sobre todo a una pareja, como si se tratara de una fusión mágica, para que les apoyen emocionalmente y satisfagan sus necesidades. Una persona poderosa o protectora que les haga sentirse seguros.
  3. Al principio de la relación con una pareja se sienten mágicamente implicados, idealizan a esa persona y la colocan en un pedestal como si fuese la mejor persona que han conocido en su vida. Como la pareja es tan especial, la persona límite también se siente especial puesto que es la destinataria del amor de una persona perfecta. Alguien perfecto les quiere. No toleran la distancia con su pareja y requieren de su constante presencia. Este tipo de persona con la que mantiene la relación de pareja se hace imprescindible en sus vidas.
  4. La pareja pasa a convertirse imprescindible en sus vidas y rastrean continuamente señales de posibles abandonos. Algo que para los demás puede pasar desapercibido, para alguien límite supone un intenso temor a ser dejadas; algunos hechos pueden ser tomados como señales de que la pareja deja de amarles. Por ejemplo una frase como “hoy comeré en la oficina” por parte de la pareja de una persona límite puede ser interpretada como “hoy comeré en la oficina porque no me apetece comer contigo y prefiero hacerlo con mis compañeros de trabajo. Tú ya no me importas”.
  5. El temor a ser abandonados desata una inmensa cólera que se expresa rápidamente a la pareja. Otras veces pueden mostrar comportamientos de indefensión y sumisión para conseguir que la pareja no les abandone. De esta forma pueden generar círculos viciosos en la pareja: discusión-reconciliación-discusión-tentativas suicidas-reconciliación, hasta que la relación termina.
  6. Las personas límite acaban generando lo que tanto temen: el abandono. Lo que además supone una merma en su malograda autoestima, creen que lo único que saben hacer es alejar a los demás de su lado. Esto confirma la idea de la poca valía que sienten hacia ellos mismos.
  7. Si la relación de pareja logra cierta estabilidad, como es tan difícil llenar todas las expectativas y necesidades de la persona límite, éste puede no sentirse completamente satisfecho con la relación de pareja y buscar otro “objeto de amor” una vez que el antiguo ha resultado ser “defectuoso”, para pasar en esta nueva relación a experimentar el ciclo y volver a idealizar a una nueva pareja.
  8. Las personas límite pueden basar sus opiniones sobre los demás en las últimas interacciones que han tenido con ellos, esto es, es fácil que la persona límite piense ante su pareja: “¿Qué has hecho por mi ÚLTIMAMENTE?”. También hacen lo mismo con ellos y se evalúan teniendo en cuenta el último de sus logros, o el último de sus fracasos. Juzgan a los demás de la misma forma severa como se juzgan a sí mismos.
  9. Cuando se quedan solos, aunque sea por un corto espacio de tiempo sienten una gran sensación de vacío y soledad
  10. Pueden cometer autolesiones (hacerse cortes o quemaduras) como consecuencia de la imagen que el límite tiene de sí mismo o como un medio de conmocionar a los demás o controlarles. Se abandonan porque se sienten abandonados. Las autolesiones también cumplen la función de liberarles del intenso dolor emocional que sienten, generalmente sentimientos de vacío, vergüenza, rabia, tristeza y abandono.
  11. La ideación suicida como las verdaderas tentativas suicidas, pueden servir para obtener cuidados de los demás o como medio de expresar ira o resentimiento
  12. Repentinos cambios de opinión sobre los demás, a los que en un momento determinado pueden ver como cariñosos y sensibles, para pasar a opinar de ellos que son negligentes y traidores. Pasan del amor al odio con facilidad. Pueden idealizar a una persona como si fuese la mejor persona que existe o devaluarla como si fuese un demonio, es como si solo existiesen estas dos maneras de entender a las personas.
  13. Hacen esfuerzos frenéticos para evitar ser abandonados, incluyendo intentos de suicidio. No entienden cómo esta estrategia les aleja aún más de los demás.
  14. Al presentar ansiedad, depresión y sentimientos de culpabilidad e inferioridad, pueden llevar a cabo comportamientos autodestructivos y acaban abandonándose y consumiendo drogas. Algunos llegan a mutilarse haciéndose cortes o quemaduras. Intentan llena el vacío que les caracteriza, sobre todo cuando se sienten solos con conductas impulsivas como darse atracones de comida y vómitos, actividad sexual indiscriminada, compra compulsiva, beber o abusar de sustancias.
  15. Varían bruscamente de objetivos y valores al carecer de un sentido maduro de su propia identidad.
  16. Cambian con rapidez de una emoción intensa a otra, sobre todo la ira.
  17. Se sienten incomprendidas, apartadas y solas. Con una sensación de vacío continua. La imagen que tiene de ellos mismos es insignificante, sin valor tanto para él como para los demás, inútil, improductiva, se consideran inconsecuentes y censurables, despreciables, se ven como personas a las que habría que criticar y descalificar, así como tremendamente culpables. Su autoestima es tan baja que no entienden como alguien quiere estar con ellos, por ello están continuamente hipervigilantes ante la señal que indique que no les quieren y que les van a abandonar.
  18. Para aliviar los sentimientos de dolor, vergüenza y ansiedad vuelca sobre la pareja defectos que la persona límite siente sobre sí misma, es decir, atribuye al otro lo malo que piensa de sí mismo.  Algunas veces es cierto que el compañero ha cometido un error, pero el límite lo puede exagerar. Por ejemplo, una persona límite puede decirle a su pareja que está enfadada lo siguiente: “cómo puedes mostrarme ese odio, ¿te das cuenta de lo que me haces?”; en realidad, la pareja solo está enfadada, no odia al límite. Es el límite el que se odia a sí mismo.
  19. Pueden querer controlar a sus parejas con el fin de crearse un entorno seguro. Así, por ejemplo  la persona límite intentará conseguir que su pareja le diga siempre dónde está para que así no se creen situaciones en las que el límite pueda pensar: ¿Dónde estará? Seguro que está con otro/a”. Si siempre sabe dónde está la pareja, esos pensamientos que le producen tanto dolor, no se dará.
  20. Las personas límite quieren ocultar sus defectos por miedo a ser abandonadas por posibles imperfecciones de su carácter, así que no les queda otra que culpar a su pareja de las cosas de las que el límite no se puede permitir el lujo de reconocer. “Ha ocurrido algo, la culpa no puede ser mía, así que ha de ser tuya”. Pueden culpar al otro de algo que realmente ha hecho aunque la persona límite lo exagerará, o bien culparle de algo que la pareja no ha hecho.
  21. Temen que su pareja descubra “la horrible personalidad que tienen”, y cuando una relación  empieza a tener más intimidad, la persona límite empieza a distanciarse de su pareja. Oscilan entre querer fusionarse con el otro y, cuando este se acerca demasiado, le rechazan para alejarle.
  22. La persona límite hace “pruebas de amor”, esto es, intenta probar a su pareja para ver si éste le quiere. Por ejemplo la pone a prueba llegando tarde a una cita; si la pareja se marcha enfadad, eso significa que no le quiere demasiado; si la pareja espera por la persona límite eso significará que es capaz a darlo todo por ella.

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