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Paz y Ciencia

viernes, 2 de agosto de 2013

Confluencia: Bebé



Los orígenes del concepto de confluencia están en el libro fundador de la Gestalt "Excitación y Crecimiento", así como en el trabajo de Perls "Ego, Hambre y Agresión".

Podemos retrotraernos a los primeros momentos del bebé. Corresponde a una ausencia de los límites del Yo, que establece una comunicación abierta entre el niño y su entorno. Para Perls, no hay ninguna posibilidad de que el bebé pueda establecer una diferenciación entre él mismo y su mundo circundante. Esto plantea la cuestión de la relación entre confluencia en el sentido perlsiano y el concepto de simbiosis o de fusión de Margaret Mahler. Esta autora nos habla de un estado relativamente indiferenciado entre los padres y el bebé en una primera fase normal del desarrollo precoz del niño. Winnicott habla de la "Preocupación maternal primaria" y, no solo eso, se refiere a los primeros meses, en cuanto al vínculo madre-bebé como "una enfermedad esquizoide normal" de la madre. Es algo operativo, es algo funcional y, a pesar del término escogido por Winnicott, hay que entender que se refiere al retraimiento de la madre. Lo cual provoca que el padre quede en un segundo plano. Lugar en el que debe estar para sostener a la madre que, a su vez, sostiene a su pareja.

La simbiosis está definida como "una condición intrapsíquica y no un comportamiento; este estado es por lo tanto el fruto de la deducción. No hacemos, por ejemplo, referencia al comportamiento de aferramiento sino a un rasgo de la vida primitiva cognitivo-afectiva en el cual la diferenciación entre el self y la madre no está aún completada o en el que se produce una regresión a un estado indiferenciado self-objeto (característico de la fase simbiótica). Esta concepción se basa en lo intrapsíquico y no contempla, salvo de refilón, al bebé.

Pero las teorías modernas de la interacción nos dicen que existen también fenómenos de fusión y de simbiosis por acción de los padres. Estos se identifican con el bebé y tienen fantasías inconscientes de fusión con él: "En el transcurso de los días que siguen al nacimiento, hay un poderoso remanente de fuerzas psicológicas, con la vuelta de modos de funcionamiento precoces, infantiles, en los padres. Sus propios conflictos, sus propias angustias también se incrementan". Nos dice T.B. Brazelton.

Rodrigo Córdoba Sanz, Zaragoza.

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