INFLUENCIAS
FILOSÓFICAS DE LA PSICOLOGÍA DE LA GESTALT
Perls (1976) apunta en su libro
<> que los
elementos que se encuentran en esta terapia también se encuentran en otros
enfoques psicológicos. Tenemos que tener en cuenta que Perls trabajó como
psicoanalista durante 25 años en Sudáfrica y fue analizado por psicoanalistas
de la talla de Alfred Adler, Wilhelm Reich o Karen Horney, esta última, además,
trató de ayudarla e impulsarle para que pudiera lograr sus objetivos, muy
ambiciosos. Perls quiso conocer a Freud y quedó defraudado del maestro del
psicoanálisis y dolido. Además el “establishment” psicoanalítico criticó con
fiereza su libro <>, así que después de
verse fuera del círculo psicoanalítico, tan obtuso y cerrado a nuevas ideas,
decidió seguir elaborando una teoría que mantuviera cierta esencia de lo que él
había sido, de lo que él era como persona y de cómo trabajaba.
Existen dos corrientes básicas: la
tradicional o asociacionista, que sería lo que llamamos conductismo, y las
escuelas de la introspección, entre las que se hallan el funcionalismo y la
psicología de la Gestalt. Estas dos filosofías se conocen con el nombre de fenomenología y existencialismo.
Ni el conductismo ni la fenomenología
son en sí mismos sistemas psicológicos. Son más bien métodos para describir y
estudiar las variables asociadas con la conducta, y que tratan de explicarla de
esta manera.
Las teorías del aprendizaje afirman
que su función reside en especificar las condiciones-estímulo que determinan la
conducta, es decir, qué reacciones experimentará la conducta de los seres vivos
aplicándoles unos estímulos bajo determinadas condiciones.
Para el conductista y el
fenomenólogo, el aprendizaje es un fenómeno que está regido por unas leyes que
es posible descubrir.
Las teorías gestálticas contribuyen a
unir estas posturas trayendo a la conciencia ciertas conductas, y transformando
los procesos y las fantasías interiores en una conducta manifiesta y
observable.
El proceso oriental de la meditación
centrado en el vivir en el presente, en el aquí y ahora, cuya tradición de
origen religioso se introdujo tanto en Europa como en América, fundamentalmente
en la época de la contracultura de los 60´, también influyó en la terapia
gestáltica, en este sustrato surgió el existencialismo.
Otra de las influencias que
encontramos procede de Carl Gustav Jung, quien se apartó del psicoanálisis
freudiano en algunos aspectos que podemos encontrar en la terapia gestáltica.
La concepción gestáltica de la polaridad o de los opuestos tiene un alcance más
amplio. No se limita al arquetipo (Jung, 1977), sino que la polaridad surge de
cualquier parte o de cualquier cualidad del sí mismo.
Jung vio en los sueños y en su
simbolismo expresiones creativas del sí mismo de cada individuo. Sostuvo que
los símbolos eran elegidos por las personas porque eran el medio más rico y
completo del que disponen para decir lo que tienen o lo que necesitan decir.
Así, también el gestaltista considera los sueños como expresiones creativas y
no como camuflajes. Esta es una consecuencia de tomar en serio los fenómenos en
sí y por sí mismos en vez de escarbar en busca de un significado oculto “más
real”. Para los gestaltistas, como ya se dijo, el sueño es un mensaje
existencial de uno a sí mismo, y responde al presente y a la vida de esa
persona en ese momento. El gestaltista no se va al pasado del paciente sino que
trabaja con la conducta que se está desarrollando en cada momento. Uno de sus
objetivos consiste en lograr que la persona permanezca en el aquí y ahora de su
experiencia.
El concepto de situaciones
inconclusas o incompletas tiene otra influencia: la teoría gestáltica del
aprendizaje. Los primeros psicólogos de la Gestalt afirmaban que la necesidad
de organización e integración de la experiencia perceptiva es innata en el ser humano.
Los psicoterapeutas actuales
sostienen que la persona no puede seguir adelante hasta haber completado
cualquier experiencia que sienta como incompleta, ya que si no se cierra, esta
experiencia volverá a la conciencia o a su vida interfiriéndole negativamente
hasta que la haya completado.
De Alfred Adler (1967) proceden los
conceptos de estilo de vida y del sí mismo creativo. Para Adler, el hombre es
un creador consciente de su propia vida, hasta el punto ed crearse ficciones
por las cuales actuar, luchar, vivir. De esta idea se deriva la responsabilidad
del individuo acerca de su propia existencia, concepto repetido continuamente
por Perls. A diferencia de otros enfoques, en la Gestalt no se concibe el
alimentar que la persona eche las culpas al pasado sino que se responsabilice
de sí mismo y de su cambio aquí y ahora. A raíz de la teoría de Adler, la
Gestalt piensa que el hombre se va creando a sí mismo, unas veces con fantasías
y otras con realidades. Cuando se crea con fantasías es fácil que caiga en el
error de la irresponsabilidad en relación a sí mismo.
Otra persona que contribuyó al
desarrollo teórico de la Gestalt fue Otto Rank (1929), célebre por su obra
<>, Otto Rank trabajó junto a Sándor
Ferenczi y se distanció de Freud por salirse del dogma freudiano. Aseguró que
lo principal en la vida es la lucha por la individuación, idea que
posteriormente tomaron Kohut y Mahler. En la persona se dan grandes temores a
la unión y a la separación, ya que la primera comporta el miedo a perder la
individualidad, la independencia y la libertad, y la segunda crea el temor de
perder la relación con el otro y el miedo a la soledad.
Wilhelm Reich (1955) fue el que más
contribuyó en la Gestalt, al menos, el que más influyó en Perls. Reich tuvo una
vida problemática por su disidencia con lo freudiano, su interés por el sexó y
sus teorías sobre la sexualidad y el orgasmo. Falleció en una cárcel. Reich
escribió sobre la coraza del carácter, una obra maestra. En ella explica que
analizando características tales como el lenguaje, los gestos, la postura, la
tensión o la relajación de los músculos. Reich pensaba que a menos que esta
coraza caracterológica fuera disuelta a través de un análisis, la persona no
podría llegar a resultados satisfactorios. Esta coraza, que se va formando a
partir de actos habituales de represión, y que según él consistía en algo tan
simple como que una persona contrajera una serie de músculos para evitar una
conducta que había sido reprimida o rechazada, tenía que ser diluida a través
del análisis. La terapia derivada de Reich, que es la bioenergética, tiene discípulos
como Lowen y Pierrakos. Se dedica a aflojar estas rigideces musculares, a fin
de permitir el desbloqueo de la energía y de la excitación que el individuo había
constreñido, bloqueado y sepultado bajo la coraza que le protegía.
De aquí la importancia que tiene para
el gestaltista el trabajar a nivel holístico, integrando cuerpo y mente, y
trabajando al ser humano como una totalidad, y no como una mera individualidad
donde cuerpo, mente y psique son consideradas como instancias separadas.
Jacob Levy Moreno (1966) fue el
primero en señalar que el arte es una forma de terapia nueva y creativa. A su
contribución se le denomina psicodrama. Con esta técnica se abren nuevas
posibilidades creativas a la propia vida. Esta técnica tiene origen en el
teatro y en los distintos personajes que intervienen en la vida de la persona.
Tuvo una gran importancia en el crecimiento de la terapia Gestalt, y más
concretamente en la forma de trabajar los sueños. El concepto de Moreno es
verdaderamente genial e innovador, la idea es que uno tiene más posibilidades
de crecimiento en la vida si experimenta nuevas cosas y sensaciones en la vida
que simplemente hablando acerca de ella. Con esta idea se afianza la gran
importancia que tiene la experiencia directa en lugar del relato que se puede
hacer de la misma desde fuera. Aquí aparece otro concepto en el tratamiento de
los pacientes. El paciente aumenta su participación en su propia terapia si se
implica en ella y pierde su pasividad, tan acentuada en otras técnicas, y pasa
de una actitud pasiva y espectadora a otra más activa y comprometida. Una
persona que parte de la contribución de Moreno es Bert Hellinger, autor
contemporáneo que trabaja con las <>. Esto
consiste en representar con los integrantes del grupo a los miembros de la
constelación familiar y resolver los aspectos inconclusos.
Es, sin embargo, el existencialismo
al que debe la psicoterapia gestáltica puntos de vista nuevos y creativos sobre
la autoridad, la experiencia directa y participante, y la aplicación de los
principios psicoterapéuticos al desarrollo personal del individuo.
Concluyendo; la Gestalt recibe muchas
influencias, tiene una sólida raíz con una riqueza de ramas que representan la
variedad de contribuciones que se han integrado en la Gestalt. Antes de
mencionar, quisiéramos recalcar que la Gestalt no solo es una teoría y una
terapia, también, y quizá sea esto lo fundamental, es una forma de vivir, una
manera de ver y comprender el mundo. La formación Gestalt es una experiencia
transformadora donde el Self (sí-mismo) se transmuta, dejando, soltando
represiones, complejos, proyecciones y mucho material o bagaje que ha estado
bloqueando a la persona.
Influencias que se perciben en la
psicoterapia gestáltica:
-
Psicodrama
(Moreno)
-
Trabajo
con el cuerpo (Reich)
-
Polaridades
(Jung)
-
Estilo
de vida y Autorrealización (Adler)
-
Conceptos
de unión y separación (Otto Rank)
-
Ser
humano en su totalidad (Psicología Humanista)
-
Aquí
y Ahora (Proceso Oriental de la Meditación)
-
Experiencia
directa e inmediata (Existencialismo)
-
Conducta
y emociones (Fenomenología)
-
Percepción
(Psicología de la Gestalt)
-
Inconsciente
reformulado como Perro de Arriba y Perro de Abajo (Psicoanálisis)
-
Conducta
(Conductismo)
Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo y Psicoterapeuta de Zaragoza.
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