El anochecer caía por las rendijas de la ventana
Estabas solo en el dormitorio
El silencio se colaba por la ropa
La oscuridad se hacía más pesada
La huella del día te dejaba en una posición afectada
Acurrucado enciendes la luz
Sientes el sonido de las bisagras de un cartel
El temor empieza a penetrar en tu corazón
Empiezas a notar un pinchazo en el pecho
Lanzas tu mano hacia el otro lado de la cama
Sabor a cama vacía
Soledad y miedo, abandono...
Es el cruel efecto de la noche
que se posa al terminar un día evanescente
donde las hormigas deambulan de un lado a otro en movimiento rítmico
y tú, eres una hormiga más, sin entidad ni identidad
dejado y abandonado por ti, preso de los recuerdos
y cautivo del desamor, es la historia de una noche de invierno.
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