PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

domingo, 28 de marzo de 2010

Joan Coderch: Pluralismo Crítico

Joan Coderch en su ánimo por realizar un "Pluralismo Crítico en Psicoanálisis", matiza que aquí debe distinguirse entre "pluralidad" del pensamiento psicoanalítico y "pluralismo crítico", expresión que utiliza para referirse a una actitud filosófica propia de la teoría del conocimiento aplicada a la reflexión psicoanalítica.

El racionalismo clásico, que creo después de Popper ha quedado herido de muerte, se caracteriza por su convicción de que existen fuentes seguras de conocimiento y que de lo que se trata es de identificarlas y acceder a ellas.
Por lo que respecta a las fuentes tenemos dos: el intelectualismo, que se basa en la razón especulativa y en el convencimiento de que tan sólo mediante la intuición intelectual podemos adquirir los principios generales que nos han de permitir arribar a todos los conocimientos. En la posición empírica, en cambio, se juzga fundamental la capacidad de observación. Esta posición descansa en la convicción de que únicamente mediante la percepción sensorial es posible obtener datos verdaderos, a partir de los que, gracias a la inducción, podemos llegar a principios y teorías generales.

Hans Albert, discípulo de Popper es comentado por Margarita Boladeras, catedrática de filosofía moral y política de la Universidad de Barcelona, señala (2002): "Si se tuviera que caracterizar en una sola frase la extensa obra de Hans Albert, se podría decir sin exagerar que ha aportado argumentos contra todo tipo de dogmatismo". Albert ha construido un racionalismo crítico que se halla en el extremo opuesto del racionalismo clásico.

Las ideas de J. Habermas, de K. Apel y de I. Berlin:
Deseo subrayar que Habermas y especialmente , Apel, a partir del estudio de los actos de habla, han puesto de relieve qye los principios de la crítica intersubjetiva, que pertenecen a la racionalidad lógico-formal (componente semántico-referencial de los actos de habla) y a la reflexión discursiva (componente pragmático-comunicativo), no pueden caer dentro de la esfera de aquello que es falible, ya que, si fuera así, la crítica no tendría consistencia, o sería irracional si nos apoyáramos en ellos sin razones. Pero todavía podemos decir algo más sobre esto. Los seres humanos estamos enraizados en el lenguaje, somos lenguaje, como dice Gadamer, y la finalidad del lenguaje es la comunicación, entendernos unos con otros.

Isaiah Berlin, uno de los grandes pensadores del siglo XX, comienza su ensayo El erizo y la zorra (1953), dedicado al escritor ruso León Tolstoi, citando un fragmento del poeta griego Arquiloco: "La zorra saber muchas cosas, pero el erizo sabe una importante". Continúa Berlin diciendo que los seres humanos se dividen entre erizos y zorras y que los erizos son aquellos que:

[...] lo relacionan todo con una única visión central, con un sistema más o menos congruente e integrado en función del cual comprenden, piensan y sienten -un principio único universal y organizador que por sí solo da significado a cuanto son y dicen- mientras que los que son zorras: realizan acciones y sostienen ideas centrífugas más que centrípetas; su pensamiento ocupa muchos planos a la vez, aprehenden el meollo de una vasta variedad de experiencias y objetos según sus peculiaridades, sin pretender integrarlos ni no integrarlos...en una única visión interna, inmutable y globalizadora.

A continuación un resumen a modo de esquema:
a) (Pan)racionalismo autosuficiente o clásico.
La racionalidad se fundamenta en fuentes seguras del conocimiento, sobre las cuales podemos edificar, sucesivamente, nuevos conocimientos seguros. De esta forma llegamos a dogmas irrefutables.
b) Racionalismo (pan)crítico que se incluye a sí mismo.
El principio de fundamentación es substituido por el principio del examen crítico. No existe ninguna fuente segura del conocimiento. Este mismo racionalismo puede ser refutado. Por tanto, la refutación le da la razón. De esta manera, se autoinmuniza y, en su afán de ser antidogmático, se convierte en un dogma irrefutable.
c) Racionalismo crítico popperiano.
En última instancia, se trata de una actitud derivada de una decisión sostenida por la fe en la razón, y esta fe en la razón es defendida por argumentos morales, éticos y solidarios que pueden ser criticados y refutados. Por tanto, no se convierte en un dogma. Se nutre de los principios incuestionables del diálogo y la crítica intersubjetiva.

Streeger (19991), un psicoanalista, aplica el pluralismo crítico aunque no se refiere a la teoría del conocimiento ni al racionalismo crítico su definición encaja con la de Coderch. Este autor habla de "puristas" y "pragmáticos", de una manera similar a como él lo hace con monistas o pluralistas.

No hay comentarios: