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Paz y Ciencia

domingo, 28 de marzo de 2010

Mayores

La vejez es un territorio de continuas pérdidas, los seres queridos van falleciendo, la familia se va distanciando, el cuerpo deja de responder y la mente comienza un camino distinto, con unos recursos cognitivos mermados muchas veces. Fuera está el estereotipo del abuelo olvidadizo, existen personas que se mantienen con plenas facultades.
En todo caso la vejez es un período de Duelos, por la propia salud, por la vida de otros, por el tiempo, un tiempo que se mide de un modo intenso. El cuerpo comienza a desgarrarse y la esperanza en ocasiones se hace tenue en medio de un universo donde los abuelos están socialmente destinados a vivir en sus propias asociaciones, muchas veces sin el necesario amparo y calor de la familia.
Un matrimonio anciano tiene los hijos emancipados, la soledad, el aburrimiento, la monotonía... Existen viajes, claro que si, existen propuestas en centros, hay abuelos que nadan, tocan música, van de viaje, se reúnen con compañeros y tienen una vida rica. No obstante, reflexionando un poquito, cuántas personas más jóvenes tienen una vida casi tan aburrida. Es lo que Enrique Rojas y otros llaman vida depresiva, a veces lo que resulta depresivo y deprimente es el modus vivendi. Una visita a estos abuelos puede servirles para abrir los pulmones de alegría durante un tiempo muy valioso. Creo que a veces quizá nos falta consideración, empatía y un pelín de sacrificio por nuestros mayores.

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