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Paz y Ciencia

miércoles, 8 de julio de 2009

Pensando en voz alta

Dice Arfuch- que el sujeto siempre intenta engañar su soledad, tanto en la relación con el mundo a través del conocimiento cómo en la experimentación de los placeres.”

Cuando una persona se acerca a otra puede hacerlo desde distintos niveles. En el plano de lo corriente, de lo convencional, de lo estandarizado y lo rutinario...
Se puede construir una relación especial, singular, única y creada por las dos personas que quedan atravesadas de esa experiencia y cambian, se transforman, se sienten cerca, conectados y se dejan fluir, siendo arrastrados por los sentimientos que les rodea.
La vida puede ser vista de un modo diferente que aquella en la que originalmente podemos instalarnos, desde esa realidad la vida puede resultar fútil, sin sentido, gris, poco interesante, podemos tener miedos, aburrimiento o poca motivación para proyectarnos en el futuro de una forma halagüeña. Puede ser amenazante, peligrosa y facilitar el construir un mundo interno donde refugiarnos, al margen de la realidad.
Durante mucho tiempo pasamos tiempo tratando de relacionarnos desde conductas estereotipadas, haciendo de nuestra vida un verdadero nido vacío, caído en el suelo y desprovisto de una madre nutricia y protectora.
Como dice una argentina amiga: la soledad es un sentimiento compartido.
Esto significa la incomunicación que nos hace estar en un mundo de una forma poco estimulante, con la paradoja de la expresión. Quizá, dice esta amiga, es el miedo a la soledad lo que resulta un sentimiento compartido. Y estamos solos rodeados de gente como seres sociales. La era del prozac es la era de la incomunicación, de no conectar, no entendernos, no tener conversaciones trascendentes, interesantes (no hace falta hablar de Nietzsche, un ganadero puede resultar muy natural y enriquecedor). Pero estamos viviendo en esa vida de urgencias, condicionada, estandarizada, mecánica, sin salsa, sin aderezo, sin creatividad. En la era dogmática, de recetas sencillas, de libros de autoayuda, de "modificación de conducta", una era donde el Sujeto, expresión, con mayúscula, de un sociólogo de cuyo nombre no puedo acordarme que refresca Castilla del Pino.
Pues bien, salir de allí es un trabajo de ubicarse en otro lugar que no conocemos y que puede que temamos, que nos requiera movilizarnos y nos produzca nervios, pero es hacia allí a donde podemos seguir luchando por dejar de estar en este "mundo podrido" que dice Claudio Naranjo. "Zetgeist" que nos lleva hacia una crisis internacional económica, porque parece ser que es lo que más duele... Triste realidad que podemos cambiar si tomamos conciencia. A algunas personas ese intento le costó la vida, física y/o emocionalmente. Para muestra un botón (abajo).
Estoy pensando en voz alta, eso es todo.

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