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Paz y Ciencia

viernes, 31 de julio de 2009

Epicteto: máximas


Este señor fue decisivo en la génesis de la psicoterapia cognitiva de Aaron Beck, es interesante ese aforismo que dice algo así como: "lo que importa no son las cosas si no la percepción que tenemos de éstas". Deja paso a la influencia del pensamiento en el bagaje emocional. Une razón y emoción. E invita a modificar las emociones con el pensamiento y viceversa.

La filosofía de Epicteto quién mejor la explica es él, así que os dejo con las máximas del Manual de Vida que más me gustan.

Saber lo que puedes controlar y lo que no.
Ocúpate de tus propios asuntos. Presta atención únicamente a tus propias preocupaciones y da por sentado que lo que pertenece a los demás es asunto suyo, no tuyo. Si obras así serás impermeable a la coacción y nada te podrá retener. Serás libre y eficaz, pues darás buen uso a tus esfuerzos en vez de malgastarlos criticando u oponiéndote a los demás. Si conoces y prestas atención a tus verdaderas preocupaciones, nada ni nadie te hará actuar contra tu voluntad; los demás no podrán herirte, no te ganarás enemigos ni padecerás ningún mal.
Veamos las cosas tal como son en verdad. Las circunstancias no se presentan para satisfacer nuestras expectativas. Las cosas suceden por sí mismas. La gente se comporta como realmente es. Aprovecha lo que realmente obtienes.
Los acontecimientos no nos hacen daño, pero nuestra visión de los mismos nos lo puede hacer. No podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siemrpe podemos elegir la forma en la que reaccionamos a ellas.
Ni vergüenza ni culpa. Las cosas son sencillamente lo que son. Los demás que piensen lo que quieran; no es asunto nuestro.
Crea tu propio mérito. No dependas nunca de la admiración de los demás. No tiene ningún valor. El mérito personal no puede proceder nunca de una fuente externa. No lo encontrarás en las relaciones personales, ni en la estima de los demás. Es cosa probada que las personas, incluso las que te quieren, no estarán necesariamente de acuerdo con tus ideas, no te comprenderán ni compartirán tu entusiasmo. ¡Madura!¡A quién le importa lo que los demás piensen de ti!
Tu voluntad está siempre bajo tu poder. En realidad nada te detiene. La enfermedad puede desafiar a tu cuerpo, pero ¿acaso eres sólo cuerpo? Tu voluntad no tiene por qué verse afectada por ningún incidente a no ser que tú se lo permitas.
Utiliza plenamente lo que te sucede. Cada dificultad con la que tropezamos en la vida nos da la oportunidad de volvernos hacia dentro e invocar nuestros recursos íntimos. Las pruebas que soportamos pueden y deben darnos a conocer nuestra fuerza.
Ocúpate de lo que tienes, no hay nada que perder. Lo importante es ser muy cuidadoso con las cosas que tienes mientras el mundo te las deja, como un viajero en una posada.
“Cuando llamas a tu hijo, debes estar preparado para que no responda, y si lo hace, tal vez no haga lo que le pidas. En tal caso, tu inquietud en nada le ayuda. Tu hijo no debería tener la facultad de causarte ningún trastorno.”
Evita adoptar los puntos de vista negativos de los demás.
Nadie puede hacerte daño. La gente no tiene la facultad de hacerte daño. Incluso si te denigran a voz en grito, tuya es la decisión de considerar lo que ocurre como insultante o no.
Querer agradar a los demás es una trampa peligrosa.
Todo tiene un precio.
“No entregues tu mente. Si alguien pretendiera entregar tu cuerpo a cualquier transeúnte, te pondrías naturalmente furioso. Entonces, ¿por qué no tienes pudor en prestar tu valiosa mente a cualquier persona que desee influenciarte?”
Los acontecimientos son, por sí mismos, impersonales e indiferentes. ¿Qué es un acontecimiento bueno? ¿Qué es un acontecimiento malo? ¡Tales cosas no existen!
Define claramente la persona que quieres ser.
Apártate de los entretenimientos populares. Casi todo lo que se acepta como legítimo entretenimiento es inferior o ridículo, y sólo atiende o explota las debilidades de la gente. La vida es demasiado corta y tú tienes cosas más importantes que hacer.
“El mero hecho de que la gente sea amable contigo no significa que debas pasar el tiempo con ellos.”
Abstente de defender tu reputación o tus intenciones. Sólo los moralmente débiles se sienten obligados a defenderse o explicarse ante los demás. Deja que la calidad de tus actos hable en tu nombre.
Adopta una actitud firme. Después de deliberar y determinar que un curso de acción es el acertado, jamás pongas en duda tu juicio.


http://imperator.wordpress.com/2006/01/18/epicteto-y-la-psicologia-moderna-porque-pucky-lo-vale/

2 comentarios:

Galastah dijo...

Me encanta este Epícteto... Dice verdades "como puños". Leerlo aporta una vitalidad increible. Creo que se le podría considerar uno de los padres de la Psicología Moderna. Un diez para Epícteto y otro para ti por mostrarnos algo sobre él.

Anónimo dijo...

Suena interesante, es cuestión de aleccionarnos.